El tipo de madera de los suelos deportivos determina directamente su rendimiento y vida útil. Actualmente, los materiales más comunes en el mercado son el arce
el roble y el haya, cada uno con ventajas únicas, ideales para diferentes entornos deportivos. El arce, considerado el «material de oro» para suelos deportivos, se divide en arce duro y arce blando. El arce duro tiene una densidad moderada (aproximadamente 0,65 g/cm³), una veta fina y una excelente tenacidad. Se recupera rápidamente de los impactos, lo que reduce eficazmente el riesgo de lesiones por caídas. Por lo tanto, se utiliza ampliamente en instalaciones deportivas de alta intensidad, como canchas de baloncesto y voleibol. El roble es más duro (densidad seca al aire: 0,75-0,87 g/cm³), presenta una excelente resistencia al desgaste y a la corrosión, lo que lo hace adecuado para instalaciones deportivas de alta frecuencia y alto tráfico, como gimnasios escolares y centros deportivos nacionales. El haya es conocido por su gran estabilidad y estructura de madera uniforme, lo que lo hace menos susceptible a la deformación y el agrietamiento debido a las fluctuaciones de temperatura y humedad. Su brillo superficial y atractivo visual lo convierten en una opción popular para espacios estéticamente agradables, como estudios de danza y yoga. Sin embargo, las diferentes maderas también tienen limitaciones. Por ejemplo, el arce es más caro y el roble es difícil de procesar. Al elegir, debe considerar el propósito del lugar, el presupuesto y la frecuencia de uso.