Los estudios de danza requieren suelos distintos a los de las canchas de deportes de pelota.
Los requisitos de los suelos para estudios de danza difieren significativamente de los de los deportes de pelota. Los diseños profesionales, centrados en tres requisitos fundamentales: comodidad, amortiguación adecuada, funcionamiento antideslizante y silencioso, son esenciales para satisfacer las exigencias de entrenamiento y rendimiento de diversos géneros de danza, como el ballet, la danza moderna y la danza folclórica.
En cuanto a la selección de materiales, se prefiere el roble o el laminado para los suelos deportivos de estudios de danza. El roble ofrece una textura cálida y elástica, un tacto suave y un soporte firme. Los bailarines experimentan un suave rebote al estar de pie y saltar, lo que reduce la fatiga del pie. El roble también ofrece una excelente resistencia al desgaste, soportando la fricción causada por los frecuentes movimientos de puntillas y pivoteos de los bailarines. Los suelos laminados son adecuados para estudios de danza con presupuestos limitados o uso frecuente. Elija suelos laminados con un grosor de chapa de 4 mm o superior, combinados con una base elástica de 10 mm de grosor. Este suelo simula la sensación de un suelo de madera maciza, ofrece una estabilidad superior, es menos susceptible a la temperatura y la humedad, y resiste la deformación.
El diseño estructural debe priorizar la amortiguación y un funcionamiento silencioso. Los suelos de madera para estudios de danza suelen contar con una estructura de amortiguación elástica de doble capa, con una capa inferior de goma de 5 mm de grosor y una capa superior de espuma de alta densidad de 5 mm de grosor. Estas dos capas se colocan escalonadas, creando un efecto de doble amortiguación. Esto absorbe más del 60 % del impacto de los saltos y aterrizajes del bailarín, protegiendo articulaciones como tobillos y rodillas. Es especialmente adecuado para estilos de danza como el ballet y la danza moderna, que requieren saltos frecuentes. La doble capa de amortiguación también proporciona un excelente aislamiento acústico, reduciendo la transmisión del ruido generado por los movimientos de danza al suelo inferior y su impacto en el entorno. Esto es especialmente importante para estudios de danza ubicados en edificios académicos y complejos comerciales.
El tratamiento de la superficie debe lograr un equilibrio entre un rendimiento antideslizante y una suavidad óptima. Los movimientos de baile implican pasos deslizantes rápidos y movimientos de puntillas que requieren un soporte estable, por lo que el coeficiente de fricción del suelo debe mantenerse entre 0,45 y 0,55. Durante el proceso, se añade un agente antideslizante especial a la pintura a base de agua para formar una película de pintura con una textura microconvexa, que no solo garantiza la suavidad de los pasos deslizantes del bailarín, sino que también proporciona suficiente agarre al ponerse de puntillas y girar para evitar resbalones.