Un suelo de madera deportivo cualificado debe poseer varios indicadores clave de rendimiento para garantizar la seguridad deportiva y la experiencia del usuario. En primer lugar, está la tasa de absorción de impactos

que normalmente debe ser superior al 53 %, lo que significa que el suelo puede absorber más de la mitad de la fuerza del impacto al aterrizar, protegiendo eficazmente las articulaciones de los atletas. En segundo lugar, está la tasa de rebote de la pelota, cuyas normas internacionales exigen no menos del 90 %, lo que garantiza una altura de rebote constante y mantiene la equidad en el juego. En tercer lugar, está el coeficiente de fricción por deslizamiento, idealmente entre 0,4 y 0,6, que evita el deslizamiento sin obstaculizar las paradas repentinas y los cambios de dirección. Otros indicadores de rendimiento importantes incluyen la deformación vertical (normalmente alrededor de 2,3 mm), la capacidad de carga de rodadura (capaz de soportar el movimiento de carros o equipos) y la planitud (error ≤3 mm/3 m). Estas propiedades se verifican utilizando equipos de prueba profesionales (como los instrumentos de prueba estándar DIN). Los suelos de madera deportivos de alta calidad también deben poseer propiedades adicionales como buena absorción de sonido y reducción de ruido, resistencia al fuego (grado B1), respeto al medio ambiente y no toxicidad (emisión de formaldehído ≤0,05 mg/m³), satisfaciendo plenamente las necesidades multifuncionales de los modernos recintos deportivos.
