Análisis en profundidad de los materiales de madera más utilizados para suelos deportivos de madera

Como componente fundamental de la infraestructura de los recintos deportivos profesionales, el tipo de madera utilizado para la capa superficial de los suelos deportivos determina directamente el rendimiento, la seguridad y la vida útil del recinto. Actualmente, la mayoría de los suelos deportivos de madera convencionales a nivel mundial utilizan maderas duras, siendo el arce la opción más clásica y reconocida.

El arce, originario de Norteamérica, es muy duro (dureza Janka de aproximadamente 1450 lbf), con veta recta y uniforme, un color claro y brillante, y excelente resistencia al desgaste, al impacto y estabilidad dimensional. Competiciones de primer nivel como la FIBA, la NBA y la NCAA recomiendan suelos de arce porque proporciona una tasa de rebote de balón constante (normalmente superior al 90%) y un buen coeficiente de fricción (0,4-0,6), lo que garantiza el agarre de los atletas durante paradas repentinas y cambios de dirección, a la vez que previene la fricción excesiva y las abrasiones en la piel.

Además del arce, el roble se utiliza ampliamente en China. Si bien su densidad es ligeramente inferior a la del arce, presenta un mejor módulo de elasticidad, lo que resulta en una sensación más suave al pisar, lo que lo hace adecuado para centros de entrenamiento juvenil. El abedul es relativamente económico y presenta una veta hermosa, pero su dureza y durabilidad son ligeramente inferiores, lo que lo hace más adecuado para escuelas o gimnasios comunitarios. En los últimos años, la haya europea, con sus completas certificaciones ambientales y su excelente rendimiento de procesamiento, se ha incorporado gradualmente al mercado de alta gama.

Cabe destacar que, independientemente del tipo de madera utilizada, debe someterse a un riguroso secado en horno para controlar el contenido de humedad entre el 8 % y el 12 %, y recibir tratamientos previos como anticorrosión, antiinsectos y antiestrés. La madera de baja calidad o insuficientemente seca es muy susceptible a deformarse y agrietarse con los cambios de temperatura y humedad, lo que afecta gravemente la seguridad. Por lo tanto, la selección del material no solo es un equilibrio entre la estética y el costo, sino también un respeto por la ciencia del deporte y la calidad de la ingeniería.

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