Las diferentes características de los distintos deportes exigen suelos deportivos a medida. Fabricantes profesionales diseñan sistemas de suelo diferenciados según los requisitos técnicos de cada deporte para satisfacer sus necesidades específicas.
El baloncesto plantea las mayores exigencias a los suelos de madera. Deben ofrecer una alta elasticidad y una gran resistencia al desgaste. Los atletas pueden alcanzar velocidades de hasta 5 metros por segundo, lo que requiere que la superficie del suelo proporcione suficiente fricción y minimice el desgaste del calzado. Por lo tanto, los suelos de baloncesto suelen utilizar una capa superior de arce y una estructura de amortiguación de doble capa: una capa superior de arce de 18 mm de grosor proporciona elasticidad, mientras que una capa inferior de contrachapado de 12 mm de grosor mejora la estabilidad. Esto se complementa con una almohadilla elástica de alta densidad de 50 mm, creando un sistema de absorción de impactos de tres etapas. Este diseño logra un rebote de la pelota del 90 %, que se adapta perfectamente a las características de rebote del baloncesto.
El bádminton, por otro lado, exige una consistencia del suelo extremadamente alta. Los suelos de bádminton deben mantener una elasticidad uniforme en toda la cancha; de lo contrario, afectarán la trayectoria de la pelota. Los diseños profesionales utilizan una estructura de «quilla completa», donde la longitud de la quilla coincide con el ancho de la cancha, eliminando así las variaciones de rendimiento causadas por las uniones. El acabado de la superficie es mate, con un nivel de brillo controlado por debajo de 20 grados, para minimizar la interferencia de los reflejos de luz.
