Los gimnasios escolares deben adaptarse a una variedad de deportes, como baloncesto, bádminton y tenis de mesa, siendo los estudiantes los principales usuarios. Por lo tanto, el suelo debe ser duradero, fácil de mantener y rentable. Al seleccionar un suelo, es crucial encontrar el equilibrio óptimo entre rendimiento y precio, evitando la búsqueda excesiva de materiales de alta gama y descuidando las necesidades básicas.
Los suelos deportivos de madera compuesta son la opción preferida. Los suelos compuestos cuentan con una superficie de chapa de roble o arce de 3-4 mm de espesor, que satisface las necesidades de comodidad de los pies de los estudiantes durante el ejercicio diario. Una capa intermedia de tablero de fibra de alta densidad proporciona estabilidad, mientras que una base elástica de 5 mm de espesor proporciona una absorción de impactos superior al 35%, protegiendo eficazmente las articulaciones de los estudiantes. Con un precio de tan solo el 60%-70% del precio de los suelos de arce macizo, los suelos compuestos se adaptan perfectamente a los presupuestos limitados de las escuelas. Si las escuelas necesitan formar a sus estudiantes con habilidades deportivas especializadas, pueden optar por suelos de madera de ingeniería. Este suelo cuenta con una capa superficial de arce de 8 mm de espesor y una base de contrachapado multicapa. Combina el rendimiento superior de la madera maciza con la estabilidad de los suelos de ingeniería, es un 25 % más económico que los suelos de madera maciza y ofrece una vida útil de 10 a 12 años, lo que lo hace ideal para un uso frecuente.
El diseño estructural prioriza la simplicidad y la durabilidad. La quilla es de pino de 40 mm x 60 mm, con una separación de 35 cm. No requiere soportes laterales complejos y se fija directamente a la capa base mediante pernos de expansión, lo que garantiza la estabilidad y reduce los costes de instalación. La base elástica está hecha de poliuretano, un 30 % más económica que la base de caucho y presenta una excelente resistencia al envejecimiento, con una vida útil de más de 8 años, lo que la hace ideal para uso escolar a largo plazo. El suelo utiliza un sistema de unión de bloqueo, lo que acelera su instalación un 50 % más que las uniones de caja y espiga