Los suelos deportivos de madera con más de cinco años de antigüedad son propensos a problemas como desgaste de la pintura, arañazos superficiales y pérdida de elasticidad. Su sustitución directa es costosa y requiere mucho tiempo. Sin embargo, una reforma profesional puede restaurar más del 80 % de su rendimiento, prolongando su vida útil de 5 a 8 años. Esto los convierte en una opción rentable para la renovación de instalaciones deportivas antiguas.
Se requiere una inspección y evaluación exhaustivas antes de la reforma. Los profesionales determinarán si un suelo merece la pena renovarse mediante cuatro pruebas fundamentales: Primero, el grosor del suelo. En suelos de madera maciza, la capa superficial debe tener un grosor ≥12 mm (la renovación requiere un lijado de 2 a 3 mm). En suelos laminados, el revestimiento superficial debe tener un grosor ≥2 mm. Si este grosor es insuficiente, la renovación no es posible. Segundo, la estabilidad estructural: compruebe si hay quillas sueltas y si la base elástica está deteriorada. Si la quilla está muy corroída o la base ha perdido elasticidad, se debe sustituir la estructura base antes de la renovación. Tercero, deformación: Si el suelo presenta grandes áreas de deformación o grietas (espacios ≥5 mm), la renovación no solucionará por completo el problema y se debe considerar su reemplazo. Cuarto, humedad: compruebe si la humedad de la madera se encuentra entre el 8 % y el 15 %. Si la humedad es anormal, ajuste la humedad ambiental para evitar deformaciones secundarias después de la renovación.
El proceso de renovación debe seguir el «proceso estándar de cinco pasos». El primer paso es el pulido de la superficie. Utilice una pulidora profesional (equipada con aspirador) para pulir el suelo tres veces, desde arena gruesa (malla 40) hasta arena fina (malla 120) para eliminar la pintura vieja y los arañazos, alisar la superficie y conservar la textura original de la madera. El segundo paso es el tratamiento de huecos. Rellene los huecos con serrín del mismo material mezclado con pegamento sin formaldehído. Después del secado, vuelva a pulir para asegurarse de que no queden huecos en la superficie. El tercer paso es el tratamiento antihumedad. Aplique una capa de agente impermeable a base de agua sobre la superficie del piso para mejorar la resistencia a la humedad de la madera.