Entre los diversos tipos de madera, el arce duro norteamericano es ampliamente reconocido como el «estándar de oro» para suelos deportivos. Su rendimiento superior se debe a sus propiedades físicas y estéticas únicas

En primer lugar, el arce tiene una alta dureza (dureza Janka de 1450 lbf), lo que lo hace altamente resistente a la abrasión y capaz de soportar la fricción repetida del entrenamiento y la competición de alta intensidad sin rayarse fácilmente. En segundo lugar, su estructura fibrosa densa y uniforme resulta en una deformación mínima bajo tensión y un rebote rápido, proporcionando a los atletas una fuerza de reacción estable tras el impulso.
Además, el color claro y la textura fina del arce ofrecen un aspecto visualmente refrescante, ayudando a reducir la fatiga visual en los atletas. Tras el tratamiento de recubrimiento UV, la superficie presenta un brillo suave y baja reflectividad, evitando interferencias visuales. Aún más importante, el arce posee excelentes propiedades de procesamiento, lo que facilita su cepillado, lijado y empalme, garantizando juntas firmes y uniformes al colocarse sobre grandes superficies.
Los principales eventos deportivos internacionales, como la NBA y los estadios olímpicos de baloncesto, exigen el uso de suelos de arce. Aunque el precio es más elevado, su vida útil puede superar los 20 años y extenderse mediante múltiples renovaciones. A largo plazo, los suelos de arce ofrecen una relación calidad-precio mucho mejor que la madera convencional. Por lo tanto, la madera de arce es, sin duda, la primera opción para locales que buscan profesionalismo y calidad.

