Con la creciente popularidad de los conceptos de construcción ecológica, el rendimiento ambiental y de seguridad de los suelos deportivos de madera recibe cada vez más atención. Las principales preocupaciones incluyen las emisiones de formaldehído, las emisiones de COV, las clasificaciones de resistencia al fuego y el contenido de metales pesados.

Normas nacionales como GB/T 15036 (suelos de madera maciza) y GB 18580 (límites de emisión de formaldehído para productos de madera de ingeniería) imponen límites estrictos de sustancias nocivas. A nivel internacional, la certificación forestal FSC garantiza la sostenibilidad de las fuentes de madera; las categorías CARB P2 y E1/E0 representan bajas emisiones de formaldehído (E0 ≤ 0,05 mg/m³). Los suelos deportivos de alta calidad suelen utilizar barnices UV a base de agua, libres de benceno y formaldehído, lo que cumple con los requisitos de seguridad para áreas de juego infantiles.
En cuanto a la resistencia al fuego, debe cumplir con la norma ignífuga B1 (GB 8624), aunque algunos recintos exigen estándares aún más altos. Además, los bordes del suelo deben estar biselados para evitar golpes y magulladuras. El diseño de la textura antideslizante de la superficie también debe superar la prueba de clasificación antideslizante R9-R11.
Al comprar, se deben verificar los informes de pruebas de terceros, como las certificaciones ambientales y de rendimiento emitidas por SGS e Intertek. Solo los productos que superan múltiples verificaciones de seguridad pueden garantizar la salud de los atletas y el funcionamiento correcto de las instalaciones.

