Además de la absorción de impactos y el coeficiente de fricción, la recuperación elástica y la tasa de rebote del balón son indicadores importantes del rendimiento de los suelos deportivos de madera, que influyen directamente en la experiencia atlética y la equidad del juego. Estos dos indicadores son especialmente cruciales en instalaciones para deportes de pelota como el baloncesto y el tenis.
La recuperación elástica se refiere a la capacidad de un suelo deportivo de madera para recuperar su forma original tras un impacto. Los estándares profesionales exigen una tasa mínima de recuperación elástica del 90 %. Cuando los atletas corren, saltan o se detienen bruscamente en el suelo, este sufre cierta deformación elástica. Si la tasa de recuperación elástica es demasiado baja, el suelo no se recuperará rápidamente tras la deformación, lo que provoca una sensación de «blando» bajo los pies del atleta, lo que afecta a la velocidad y la potencia explosiva. Por el contrario, si la tasa de recuperación elástica es demasiado alta, el suelo será demasiado duro, lo que aumenta la fatiga del pie del atleta e incluso el riesgo de lesiones deportivas. Para garantizar la recuperación elástica, los suelos deportivos de madera suelen utilizar una estructura compuesta multicapa. Mediante un ajuste cuidadoso de las proporciones de los materiales de base, capa elástica y capa resistente al desgaste, se puede controlar con precisión la tasa de recuperación elástica. Por ejemplo, el uso de un material de poliuretano altamente elástico en la capa elástica puede mejorar significativamente la capacidad de recuperación elástica del suelo, garantizando un soporte estable para los atletas durante el ejercicio. La tasa de rebote del balón es un indicador clave para determinar si un suelo deportivo cumple con los requisitos de los deportes de balón. Para las canchas de baloncesto, las normas internacionales exigen una tasa de rebote del balón de al menos el 90% (basada en la tasa de rebote del 100% de un suelo de hormigón). Una tasa de rebote baja significa que el balón no rebota lo suficientemente alto, lo que dificulta los pases y los tiros, reduciendo la fluidez del juego. Una tasa de rebote alta resulta en rebotes excesivamente bruscos, lo que dificulta el control. La tasa de rebote del balón está determinada principalmente por la dureza del suelo, la estructura de la capa elástica y la suavidad de la superficie. Los sustratos de madera dura, como el arce duro, proporcionan un excelente rendimiento de rebote del balón, mientras que una capa elástica bien diseñada permite ajustar la tasa de rebote del balón para garantizar que cumpla con los estándares. Durante la prueba real, los evaluadores dejan caer una pelota de baloncesto estándar desde una altura específica, miden la altura del primer rebote y calculan la tasa de rebote para garantizar que el piso cumpla con los requisitos para los deportes de pelota.