Los suelos de madera deportivos no son una estructura única; son un sistema complejo compuesto por múltiples capas de materiales, que incluyen una capa superficial, una base, una quilla y una barrera antihumedad. Cada capa cumple una función única, garantizando en conjunto el rendimiento, la estabilidad y la durabilidad del suelo. Solo entendiendo a fondo las características y funciones de cada capa se puede apreciar plenamente la resistencia extrema de los suelos de madera deportivos.
La capa superficial es la parte del suelo de madera deportivo que entra en contacto directo con el cuerpo humano y el equipo. La selección de su material determina directamente la resistencia al deslizamiento, la resistencia al desgaste y la elasticidad del suelo. Como se mencionó anteriormente, la capa superficial suele estar hecha de tablones de madera maciza, como arce y roble, con un grosor típico de 18-22 mm. Para mejorar aún más el rendimiento, la madera de la superficie se somete a un riguroso proceso de secado, manteniendo un contenido de humedad entre el 8 % y el 12 %. Un contenido de humedad excesivamente alto puede provocar que el suelo se deforme y deforme fácilmente, mientras que un contenido de humedad bajo puede quebrar la madera y reducir su elasticidad. Además, la capa superficial está recubierta con una pintura especializada para suelos deportivos que no solo proporciona una alta resistencia al desgaste y ajusta el coeficiente de fricción, sino que también es ecológica e inodora, garantizando un entorno de juego seguro. La base es el «núcleo elástico» de los suelos deportivos de madera, ubicada entre la superficie y la quilla. Su función principal es absorber los impactos, amortiguar las vibraciones y mejorar la comodidad deportiva. Los materiales de base más comunes incluyen alfombrillas de goma, alfombrillas de espuma de polietileno y alfombrillas de madera. Las alfombrillas de goma ofrecen una excelente elasticidad y son resistentes al envejecimiento, absorbiendo eficazmente el impacto de los atletas al aterrizar tras los saltos. Son adecuadas para su uso en escenarios que requieren alta elasticidad, como canchas de baloncesto profesionales. Las alfombrillas de espuma de polietileno son ligeras, económicas y ofrecen un excelente aislamiento acústico, lo que las hace populares en gimnasios escolares y recintos de aficionados. Las alfombrillas de madera se construyen apilando varias capas de tablones de madera, aprovechando la dureza natural de la madera para lograr una elasticidad ajustable. Se utilizan a menudo en recintos que requieren alta estabilidad. El grosor de la base suele ser de 10 a 20 mm y se puede ajustar para adaptarse a las necesidades de diferentes deportes. Por ejemplo, el grosor de la base en una cancha de baloncesto será ligeramente mayor que en una de bádminton.