Estudio de baile con suelo deportivo de madera.

Los suelos para estudios de danza difieren significativamente de los suelos para canchas de pelota. Los diseños deben abordar tres requisitos fundamentales: soporte para los pies, amortiguación y silencio. Deben satisfacer las demandas de los frecuentes saltos y giros de los bailarines, a la vez que previenen lesiones articulares causadas por la práctica prolongada.

El arce o el fresno de Manchuria son los materiales preferidos para los suelos de estudios de danza. El arce ofrece una textura cálida y flexible, proporcionando una amortiguación natural para el uso descalzo o con calzado de suela blanda, reduciendo la fatiga del pie. El fresno de Manchuria tiene una veta clara y es ligeramente menos duro que el arce, lo que resulta en una superficie más suave. Con un precio aproximadamente un 15 % inferior, es adecuado para estudios de danza pequeños y medianos. Para quienes cuidan su presupuesto, los suelos laminados con una capa superior de chapa de arce de 2 mm de grosor y una base de espuma de alta densidad de 10 mm de grosor complementan la elasticidad del material, logrando un equilibrio entre rentabilidad y comodidad.

El diseño estructural enfatiza la amortiguación por capas. La capa base debe estar cubierta con madera contrachapada resistente a la humedad de 15 mm de espesor para evitar que la humedad penetre en el suelo. La capa intermedia debe ser un acolchado de esponja elástica de 8 mm de espesor. Este acolchado debe colocarse en toda la superficie del suelo, sin espaciarlo. Esto garantiza una amortiguación uniforme cuando los bailarines saltan sobre cualquier superficie, evitando un impacto excesivo en ciertas zonas debido a la falta de acolchado. El suelo superficial debe estar unido con juntas de mortaja y espiga, con una separación no superior a 0,5 mm para evitar que los dedos o los talones queden atrapados al girar los bailarines. Además, los bordes del suelo deben estar biselados con un radio de 5 mm para evitar arañazos en los bordes rectos en caso de caída de un bailarín.

Los parámetros de rendimiento deben adaptarse a las características de los movimientos de danza. La tasa de absorción elástica se controla entre el 35 % y el 45 %, lo que no causará presión en las articulaciones por elasticidad insuficiente ni afectará la estabilidad del movimiento por elasticidad excesiva. El coeficiente de fricción superficial debe ser de 0,5 a 0,6, lo que garantiza un agarre adecuado al usar zapatos de baile de suela blanda,

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