ruebas de rendimiento de suelos de madera deportivos

Los recintos deportivos profesionales imponen requisitos de rendimiento extremadamente estrictos a los suelos de madera, lo que requiere pruebas exhaustivas para garantizar el cumplimiento de las normas internacionales de las organizaciones deportivas. Estas normas no solo son cruciales para la seguridad de los atletas, sino que también sirven como indicador clave del profesionalismo de un recinto.

La absorción de impactos es un elemento de prueba fundamental. Según la norma nacional «Suelos de Madera para Instalaciones Deportivas» (GB/T 20239-2015), los suelos deportivos cualificados deben absorber al menos el 30 % de la fuerza de impacto. Durante las pruebas, los profesionales utilizan un comprobador de impacto para simular el impacto de un atleta que cae desde una altura de 60 cm, y los sensores registran el valor de absorción de impacto del suelo. Por ejemplo, para las canchas de baloncesto, los suelos deportivos de arce de alta calidad con una base elástica de goma pueden absorber entre el 40 % y el 50 % de la fuerza de impacto, lo que reduce significativamente el riesgo de lesiones articulares. Si el valor de la prueba es inferior al 30 %, se debe ajustar el grosor de la base o cambiar el material del suelo.

El rendimiento del rebote de una pelota influye directamente en la experiencia de juego. La norma exige que, al dejar caer libremente una pelota de baloncesto desde una altura de 1,8 m, el suelo rebote entre 1,2 y 1,4 m y tenga una tasa de rebote de al menos el 66 %. Durante las pruebas, se deben seleccionar 10 puntos de prueba en diferentes zonas de la cancha (como la zona media, las líneas laterales y cerca de la línea de tiros libres). Se deben tomar múltiples mediciones y promediarlas para garantizar un rendimiento de rebote uniforme en toda la cancha. Si la tasa de rebote en una zona determinada se desvía en más del 5 %, puede deberse a una subrasante irregular o a una separación inadecuada de las quillas, lo que requiere un reajuste de la estructura de instalación.

Las pruebas de rendimiento antideslizante requieren que el coeficiente de fricción se mantenga dentro del rango seguro de 0,4 a 0,7. Los evaluadores utilizarán un medidor de coeficiente de fricción y realizarán las pruebas tanto en seco como en mojado: el coeficiente de fricción debe ser ≥ 0,5 en seco y ≥ 0,4 en mojado (simulando la sudoración de los atletas). Un coeficiente de fricción demasiado bajo puede provocar que los atletas resbalen fácilmente, mientras que un coeficiente de fricción alto puede obstaculizar un movimiento rápido y requerir optimización mediante ajustes en la fórmula de la pintura de la superficie o en el proceso de pulido.

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