Los suelos deportivos de madera no son una estructura única, sino un sistema compuesto multicapa. Cada capa tiene una función única y, en conjunto, garantiza el rendimiento deportivo. Los suelos deportivos profesionales de madera suelen dividirse en cuatro capas principales.

La capa del panel es la parte que está en contacto directo con el atleta. Está hecha de madera dura y generalmente tiene un grosor de 20 a 22 mm. La superficie cuenta con un tratamiento especial para lograr un coeficiente de fricción y una resistencia al desgaste adecuados, lo que garantiza la estabilidad de las pisadas del atleta durante el ejercicio. La capa del subsuelo se encuentra debajo del panel. Está hecha principalmente de madera contrachapada multicapa con un grosor aproximado de 15 a 18 mm. Su función principal es dispersar la fuerza del impacto, reducir la fuerza local del panel y mejorar la estabilidad de la estructura general.
La capa de quilla es clave para soportar el peso. Generalmente está hecha de pino o abeto. Su sección transversal es de aproximadamente 50 mm × 70 mm, y la separación suele ser de 300 a 400 mm, según los requisitos de diseño. Se colocarán almohadillas elásticas entre las quillas. El material y la dureza de las almohadillas elásticas afectarán la capacidad de absorción de impactos del suelo. Cada deporte tiene requisitos diferentes para las almohadillas elásticas. Por ejemplo, las canchas de baloncesto requieren una mayor absorción de impactos.
La capa impermeable se encuentra en la parte inferior, generalmente hecha de película de polietileno con un espesor superior a 0,2 mm. Esta capa previene eficazmente la penetración de la humedad del suelo en el suelo de madera, evita que la madera se deforme y prolonga su vida útil. Estas cuatro capas trabajan en conjunto para garantizar que el suelo de madera deportivo no solo cumpla con el rendimiento requerido para la práctica deportiva, sino que también garantice la estabilidad de la estructura.

