Los suelos de madera para uso deportivo cumplen con estrictos estándares de la industria, pero también ofrecen una personalización flexible. Los espesores habituales de las capas superficiales son de 18 mm y 22 mm
los anchos suelen ser de 60 a 90 mm y las longitudes de 1800 a 2200 mm. Los métodos de empalme incluyen juntas planas, machihembradas o de clic. El área total de instalación se diseña según las necesidades del recinto; una cancha de baloncesto estándar mide 28 m × 15 m y una de bádminton, 13,4 m × 6,1 m. Además de las dimensiones, se pueden personalizar los colores (color madera natural, nogal claro, roble rojo oscuro, etc.), los tratamientos de superficie (laca UV, laca al agua, mate/brillante) y la pulverización del logotipo. Para recintos no profesionales, como escuelas y comunidades, se puede optar por un sistema fijo simplificado; mientras que los estadios profesionales suelen utilizar una instalación flotante para facilitar el desmontaje y el mantenimiento. Cabe destacar que un tamaño mayor no siempre es mejor: las lamas demasiado anchas son propensas a deformarse debido a la humedad, mientras que las lamas demasiado gruesas aumentan los costos sin mejorar necesariamente el rendimiento. Por lo tanto, las especificaciones deben seleccionarse racionalmente en función del presupuesto y la frecuencia de uso, cumpliendo con los estándares.
