Durante la práctica deportiva, la fricción entre el atleta y el suelo es crucial. El coeficiente de fricción de un suelo deportivo es un indicador clave de su rendimiento antideslizante y estabilidad. Un coeficiente de fricción adecuado garantiza que los atletas no resbalen al correr, frenar bruscamente o girar sobre el suelo, a la vez que previene lesiones en los pies causadas por una fricción excesiva, proporcionando un entorno de juego seguro y estable.
Existen normas internacionales para el coeficiente de fricción de los suelos deportivos, que suelen establecer un rango óptimo de 0,4 a 0,6. Si el coeficiente de fricción es demasiado bajo, la superficie del suelo es demasiado lisa, lo que aumenta la susceptibilidad de los atletas a resbalar durante movimientos rápidos o frenadas bruscas, aumentando así el riesgo de lesiones deportivas. Si el coeficiente de fricción es demasiado alto, la superficie es demasiado rugosa, lo que aumenta la fricción entre el pie del atleta y el suelo, provocando un esfuerzo excesivo durante el ejercicio y potencialmente sobrecargando las articulaciones del pie y causando lesiones.
El coeficiente de fricción de un suelo deportivo depende principalmente del material, el tratamiento y la limpieza de la superficie. En cuanto a la calidad del material, los suelos de madera noble como el arce y el roble presentan una veta superficial clara y ofrecen buenas propiedades antideslizantes. En cuanto al tratamiento de la superficie, el recubrimiento de laca UV crea una película protectora dura y resistente al desgaste sobre la superficie del suelo, preservando la veta natural de la madera, aumentando la fricción superficial y manteniendo el coeficiente de fricción dentro de un rango razonable.
Además, la limpieza y el mantenimiento del suelo también afectan al coeficiente de fricción. La acumulación excesiva de polvo, manchas o agua en la superficie del suelo puede reducir el coeficiente de fricción y afectar sus propiedades antideslizantes. Por lo tanto, los suelos de madera deportivos requieren una limpieza regular para mantener la superficie seca y limpia y garantizar un coeficiente de fricción óptimo.