Si el suelo superficial es la capa exterior de un suelo deportivo de madera, la base resiliente es el material clave que le confiere su elasticidad. Ubicada entre la base y la capa superficial de un suelo deportivo de madera, la base resiliente puede parecer discreta, pero desempeña un papel crucial para mejorar la elasticidad del suelo, amortiguar los impactos y proteger la seguridad de los atletas.
Las bases resilientes se fabrican con una amplia variedad de materiales, entre los que se incluyen el caucho natural, el caucho sintético, el poliuretano y el EVA. Las bases resilientes de caucho natural ofrecen excelente elasticidad y tenacidad, buena resiliencia y una rápida recuperación de la deformación. Absorben eficazmente la energía tras el impacto, minimizando las lesiones de los atletas. También poseen una excelente resistencia al desgaste y al envejecimiento, lo que se traduce en una larga vida útil, lo que las hace adecuadas para instalaciones deportivas de alta intensidad, como canchas profesionales de baloncesto y tenis.
Las bases resilientes de caucho sintético ofrecen un rendimiento similar al del caucho natural, pero a un menor coste, lo que ofrece una solución más rentable. Además, ofrecen una resistencia superior al aceite y a los productos químicos, lo que las hace adecuadas para instalaciones con requisitos ambientales exigentes. Las bases elásticas de poliuretano ofrecen mayor amortiguación y comodidad, una sensación de suavidad y reducen eficazmente el ruido generado durante el ejercicio. Son ideales para gimnasios, estudios de danza y otros espacios donde la experiencia de ejercicio y el aislamiento acústico son cruciales.
Las bases elásticas de EVA son ligeras, flexibles, fáciles de instalar y económicas, pero relativamente menos resistentes y duraderas, lo que las hace ideales para salas de entrenamiento pequeñas o instalaciones deportivas temporales. Los diferentes materiales de base elástica tienen sus propias ventajas, y la selección debe considerarse cuidadosamente en función de factores como el tipo de recinto, la intensidad del ejercicio, la frecuencia de uso y el presupuesto para garantizar un rendimiento óptimo del suelo deportivo.