El rendimiento de los suelos deportivos de madera influye directamente en la seguridad y la experiencia deportiva de los atletas. Por lo tanto, deben cumplir con los estrictos estándares de prueba de la industria y someterse a pruebas profesionales para garantizar la calidad del producto.
Actualmente, se siguen principalmente las normas de la Asociación Internacional de Artículos Deportivos (IST) y la norma china «Suelos de Madera para Instalaciones Deportivas» (GB/T 20239-2015).
En cuanto a las pruebas de elasticidad, la norma IST exige una tasa de rebote de al menos el 90%, mientras que la GB/T 20239-2015 exige una tasa de rebote de al menos el 85%. Durante las pruebas, se utiliza un comprobador de impacto profesional para dejar caer un peso de una masa específica desde una altura específica y medir la altura del rebote. La tasa de rebote se calcula calculando la relación entre la altura de rebote y la altura de caída, lo que garantiza que el suelo proporcione un soporte elástico adecuado para los atletas.
Las pruebas de absorción de impactos miden principalmente la capacidad de absorción de impactos del suelo. Tanto la norma IST como la GB/T 20239-2015 exigen un valor de absorción de impactos de al menos el 53 %. Durante la prueba, se golpea la superficie del suelo con un martillo y los sensores miden la relación entre la energía absorbida por el suelo y la energía total del impacto. Si esta relación cumple con la norma requerida, el suelo absorbe eficazmente el impacto deportivo y reduce el daño articular.
Las pruebas de rendimiento antideslizante utilizan un comprobador de coeficiente de fricción por deslizamiento para medir el coeficiente de fricción superficial del suelo. Según la norma, el coeficiente de fricción para suelos deportivos de madera debe estar entre 0,4 y 0,6. Un coeficiente demasiado bajo puede provocar resbalones, mientras que un coeficiente demasiado alto puede afectar la movilidad. Durante las pruebas, se realizan múltiples pruebas en diversas condiciones ambientales (como seco y húmedo) para garantizar que el suelo mantenga un excelente rendimiento antideslizante en diversos escenarios de uso.