Selección de grosor y ancho: Las especificaciones de los suelos de madera deportivos deben determinarse en función de factores como el tipo de recinto, el uso previsto y los requisitos de carga. El grosor y el ancho son las especificaciones más importantes, ya que influyen directamente en la estabilidad estructural y el rendimiento del suelo.
En cuanto al grosor, el grosor total de los suelos de madera deportivos suele oscilar entre 18 mm y 22 mm, y se divide en el grosor de la capa superior, el grosor de la capa base y el grosor total. El grosor de la capa superior suele ser de 20 mm a 22 mm, y las capas superiores de arce suelen ser de 22 mm. Este grosor garantiza suficiente elasticidad y resistencia al desgaste, a la vez que previene la deformación causada por la expansión y contracción térmica debidas a un grosor excesivo. Gracias a su mayor densidad, las capas superiores de roble pueden reducirse a 20 mm y, aun así, cumplir con los requisitos de uso. El grosor de la capa base varía según la estructura. Las capas base multicapa de madera maciza suelen tener un grosor de 15 mm a 18 mm, mientras que las capas base de madera maciza con unión dentada tienen un grosor de 18 mm a 20 mm. Una capa base más gruesa aumenta la capacidad de carga del suelo, lo que lo hace adecuado para grandes recintos con mucho tráfico y uso frecuente. En cuanto a las especificaciones de ancho, los paneles de madera para suelos deportivos están disponibles en tres anchos comunes: 75 mm, 100 mm y 125 mm. Los paneles estrechos de 75 mm ofrecen mayor estabilidad después del empalme, son menos propensos a deformarse y agrietarse, y son adecuados para recintos en regiones del norte sujetas a fluctuaciones significativas de temperatura y humedad. Los paneles medianos de 100 mm ofrecen un equilibrio entre estabilidad y estética, lo que los convierte en la opción principal en el mercado y se utilizan ampliamente en escuelas, gimnasios y otros recintos. Los paneles anchos de 125 mm ofrecen una experiencia visual más espaciosa, mejorando la sensación general de espacio, pero requieren técnicas de instalación más rigurosas y un control estricto del espacio de empalme, lo que los hace adecuados para estadios profesionales de mayor tamaño.