La estructura multicapa de los suelos de madera para deportes profesionales esconde secretos ocultos.
De abajo a arriba, consta de una capa impermeable, una capa de quilla, una capa de amortiguación elástica, una capa de contrapiso y una capa de suelo superficial, cada una con una función única. La capa impermeable utiliza una película de polietileno de 0,3 mm de espesor, lo que impide eficazmente la penetración de la humedad en el suelo y la hace especialmente adecuada para recintos en regiones lluviosas del sur.
El sistema de quilla, que sirve de soporte central, suele utilizar listones de madera maciza de alerce de 3×4 cm, espaciados con precisión 40 cm y unidos a la superficie del suelo mediante almohadillas elásticas. Estas almohadillas están hechas de caucho natural con una dureza de entre 50 y 60 Shore A. Ajustan automáticamente su deformación en función de la fuerza aplicada, garantizando que el suelo proporcione una respuesta elástica óptima durante el salto de los atletas. La capa de contrapiso suele ser de madera contrachapada multicapa de 18 mm de espesor, colocada en un patrón entrecruzado para mejorar aún más la estabilidad general. Esta estructura compuesta garantiza una capacidad de carga suficiente (un solo panel de suelo puede soportar una presión momentánea de 500 kg) a la vez que mantiene un módulo elástico de aproximadamente el 20 %, cumpliendo a la perfección los requisitos de la FIBA en cuanto a la tasa de rebote. Esta es una razón clave por la que las sedes de competición profesional deben adoptar esta estructura.