Como recintos deportivos profesionales, los gimnasios tienen requisitos estrictos para la instalación de suelos de madera deportivos. Estos requisitos afectan la experiencia y la seguridad de los atletas, así como la vida útil del suelo.
La planitud del suelo es una consideración fundamental. Antes de la instalación, el suelo debe ser lo más plano posible y cumplir con las normas de construcción pertinentes. Normalmente, se utiliza un nivel láser para medir las diferencias de elevación del suelo, garantizando que la planitud esté dentro de los 3-5 mm. Esto se debe a que las superficies irregulares pueden provocar ondulaciones en el suelo después de la instalación, haciéndolo más susceptible a esguinces de tobillo y caídas durante el ejercicio. Esto también puede causar tensiones desiguales en el suelo, acelerando los daños.
La estabilidad estructural también es crucial. Dado que un gran número de atletas se ejercitan simultáneamente en los gimnasios, la instalación de suelos de madera deportivos debe considerar la capacidad de carga y la estabilidad del suelo. La estructura del suelo debe ser capaz de soportar la actividad simultánea de un gran número de atletas sin deformarse ni agrietarse significativamente. Por ejemplo, al diseñar la estructura del suelo, el material, las especificaciones y la separación de las quillas deben seleccionarse cuidadosamente en función de la frecuencia de uso y los deportes específicos que se practiquen, garantizando así una capacidad de carga y estabilidad suficientes para todo el sistema. El impacto de la temperatura y la humedad en los suelos deportivos de madera es crucial.