El mantenimiento diario con un enfoque científico puede prolongar eficazmente la vida útil de los suelos deportivos de madera y mantener su rendimiento óptimo. En concreto, tenga en cuenta lo siguiente:
Al limpiar, utilice un limpiador específico para suelos deportivos. Evite los limpiadores alcalinos o ácidos para evitar la corrosión. Elija una mopa o trapo suave, evitando los cepillos de cerdas duras para evitar arañazos. Para manchas difíciles, limpie primero con un paño húmedo y una pequeña cantidad de detergente y, a continuación, con agua limpia.
El encerado regular es fundamental, normalmente cada 3-6 meses. Antes de encerar, limpie a fondo el suelo. Después del secado, aplique uniformemente una cera específica para suelos. Después del secado, pula con una pulidora para crear una película protectora sobre la superficie, mejorando así la resistencia al desgaste y el brillo.
Evite impactos violentos sobre el suelo. Evite dejar caer objetos pesados o rayar el suelo con objetos afilados durante el ejercicio. Si se producen arañazos, los leves se pueden reparar con cera, mientras que los graves requieren una reparación profesional.
Controle la temperatura y la humedad ambiente, mantenga una buena ventilación y evite dejar puertas y ventanas cerradas durante periodos prolongados, ya que esto puede provocar fluctuaciones repentinas de humedad. Durante la temporada seca, utilice un humidificador para ajustar la humedad. Durante la temporada de lluvias, utilice un deshumidificador para mantener una humedad relativa del 40 % al 60 % y evitar que el suelo se seque, agriete o deforme debido a la humedad.
Además, evite colocar objetos calientes sobre el suelo. Si es necesario, coloque una estera aislante debajo del objeto para evitar que se decolore o deforme debido a las altas temperaturas.