El mantenimiento diario de los suelos de madera deportivos es esencial para mantener su buen rendimiento y prolongar su vida útil.
Tras la instalación, mantenga la circulación del aire interior. No cubra el suelo con papel de plástico ni periódico para evitar que la pintura se pegue y pierda su brillo.
Para limpiar el suelo, utilice una mopa de algodón húmeda. Para manchas como aceite y pintura, puede usar un aceite quitamanchas especial; para manchas de bebidas como zumo y vino tinto, utilice un paño húmedo o un paño humedecido con una cantidad adecuada de limpiador de suelos. Para manchas difíciles, utilice un disolvente neutro y séquelas con una mopa de algodón seca. No utilice líquidos ácidos o alcalinos fuertes ni disolventes orgánicos para limpiar el suelo.
Si se produce una entrada de agua importante accidentalmente o si una parte del suelo permanece sumergida en agua durante un tiempo prolongado y se observa una retención de agua evidente, drene el agua inmediatamente y limpie repetidamente con un paño seco hasta que el suelo esté completamente seco. Tenga cuidado de no usar un calefactor eléctrico para secar el suelo.
Controle estrictamente la humedad interior y mantenga el suelo seco. Cuando la humedad exterior sea mayor que la interior, cierre bien las puertas y ventanas; cuando sea menor, ábralas para ventilar. En climas cálidos y húmedos, utilice el aire acondicionado para deshumidificar y mantener la humedad interior entre el 50 % y el 70 % en otoño e invierno.
Evite la exposición del suelo a la luz intensa y evite que la temperatura de la habitación suba y baje bruscamente para evitar el envejecimiento prematuro de la pintura del suelo de madera maciza. Asimismo, evite las manchas de agua en el suelo durante largos periodos. Una ventilación deficiente puede deformar el suelo y formar surcos en las juntas. Es importante ventilar el interior a diario para disipar la humedad y mantener una temperatura interior normal,
