Los suelos deportivos de madera no son una estructura única, sino un sistema completo compuesto por múltiples capas de materiales
cada una con una función clave. La capa superior, el panel, es la parte que entra en contacto directo con el atleta. Además del arce común, algunas pistas de bádminton y gimnasios también utilizan roble, fresno y otros materiales. El panel suele tener un grosor de 20 a 22 mm y requiere un revestimiento resistente al desgaste UV con una dureza de lápiz H o superior para garantizar la resistencia a los arañazos.
Debajo del panel se encuentra la capa de subsuelo, generalmente compuesta por múltiples capas de madera contrachapada o paneles de madera maciza, de aproximadamente 15 a 18 mm de grosor. Su función principal es dispersar las fuerzas de impacto, mejorar la estabilidad general del suelo y proporcionar una base lisa para los paneles. La capa de quilla del subsuelo, la «estructura» del suelo deportivo de madera, suele estar hecha de alerce o pino, con una sección transversal de 38 mm x 50 mm. La separación entre las quillas se establece entre 300 mm y 400 mm, según los requisitos del recinto. Algunos recintos también rellenan las quillas con espuma insonorizante para mejorar el aislamiento acústico. La capa inferior impermeable suele estar hecha de una película de PE impermeable con un espesor aproximado de 0,2 mm, que aísla eficazmente la humedad del suelo y protege la estructura del suelo de madera.