En el sector de los suelos deportivos de madera, la elección del material determina directamente la experiencia de juego y la durabilidad de la pista.
El arce, con sus propiedades físicas únicas, ha dominado el mercado durante mucho tiempo. Se divide en arce duro y arce blando. El arce duro, gracias a su mayor densidad (densidad seca al aire de aproximadamente 0,68 g/cm³) y estructura uniforme, es la opción preferida para instalaciones deportivas profesionales como canchas de baloncesto y voleibol. Su textura fina y resistente proporciona gran flexibilidad durante los frecuentes saltos y carreras de los atletas, a la vez que evita el agrietamiento causado por una fragilidad excesiva.
En comparación con otros materiales como el roble y el haya, el arce también ofrece ventajas en cuanto a control del color y resistencia al desgaste. Los suelos deportivos de arce de alta calidad presentan una mínima variación de color en toda su superficie, creando una apariencia beige claro uniforme que realza el atractivo visual de la pista. Además, su dureza superficial puede superar los 500 kg en la escala Janka, superando con creces la de los suelos de madera residenciales comunes, y puede soportar el uso intensivo diario de miles de personas. Además, el contenido de humedad de la madera de arce es relativamente fácil de controlar. Tras un tratamiento de secado profesional, este se puede estabilizar entre un 8 % y un 12 %, lo que reduce eficazmente la deformación y el arqueamiento del suelo causados por los cambios de humedad ambiental y garantiza la estabilidad a largo plazo del recinto deportivo.
