Suelos de madera para deportes de competición

Los suelos de madera deportivos de competición deben cumplir los estrictos requisitos de las organizaciones deportivas internacionales (como la FIBA ​​y la ITF).

No solo deben garantizar la seguridad de los atletas, sino también una competición justa y una experiencia visual agradable. Los tres estándares fundamentales siguientes son indicadores clave de la profesionalidad de los suelos de competición.

El primer estándar fundamental es la «absorción precisa de impactos y rebote». Según los estándares de la FIBA ​​(Federación Internacional de Baloncesto), los suelos de baloncesto de competición deben absorber entre el 40 % y el 60 % de la fuerza del impacto. Esto significa que cuando un atleta cae desde una altura de 1,2 metros, el suelo debe absorber casi la mitad de la fuerza del impacto, reduciendo el riesgo de lesiones articulares. Además, la tasa de rebote del balón debe ser ≥90 %. Una pelota de baloncesto lanzada desde una altura de 1,8 metros debe rebotar de forma constante por encima de los 1,62 metros, con una desviación máxima del 3 % en el rebote entre las diferentes zonas de la cancha. Para cumplir estos estándares, los suelos de competición utilizan una construcción de «base elástica de doble capa + capa superior de arce». La base está hecha de caucho natural de alta densidad, con un grosor de 12-15 mm, lo que permite un rendimiento equilibrado gracias a sus múltiples capas de amortiguación.

El segundo estándar fundamental es la uniformidad de las propiedades de la superficie. Los suelos de competición requieren una planitud extremadamente alta. Una regla de 2 m debe medir con un error de ≤1 mm para evitar que las irregularidades o depresiones en el suelo afecten la posición de los atletas y la trayectoria de las pelotas. El coeficiente de fricción de la superficie debe ser estable entre 0,5 y 0,6, con una desviación máxima del 5 % en toda la cancha. Esto garantiza un agarre constante durante paradas repentinas y cambios de dirección en cualquier zona, evitando errores causados ​​por fricción localizada. Para lograr uniformidad, la madera de arce utilizada en los suelos de competición se somete a un riguroso proceso de selección para garantizar una veta uniforme. La instalación utiliza un proceso de empalme completo para minimizar el impacto de las juntas en el rendimiento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio