Durante la temporada de lluvias, la humedad suele superar el 70%. Los suelos de madera para uso deportivo son propensos a hincharse, deformarse y a que la pintura burbujee debido a la absorción de humedad, lo que reduce considerablemente su vida útil. Implementar las siguientes cuatro medidas clave de impermeabilización puede proteger eficazmente el suelo y mantener un rendimiento estable.
Primero, «prevenga la humedad en el recinto». Antes de la temporada de lluvias, compruebe la estanqueidad de puertas y ventanas y selle cualquier hueco con cinta impermeable para evitar la filtración de humedad. Coloque un deshumidificador industrial en una esquina del recinto para controlar la humedad interior entre un 40% y un 60%, haciéndolo funcionar durante al menos ocho horas al día. Limpie regularmente el tanque del deshumidificador para garantizar una deshumidificación eficaz. Si la ventilación es deficiente, se pueden utilizar ventiladores para aumentar la circulación del aire y evitar que la humedad se acumule en el suelo. Preste especial atención a las zonas ocultas, como las esquinas y debajo de las vigas, ya que son propensas a formar «zonas muertas de humedad» y requieren una inspección especial.
En segundo lugar, proteja la superficie del suelo laminado con impermeabilizante. Antes de la temporada de lluvias, los suelos de madera deportivos deben encerarse a fondo. Use una cera sólida e impermeable. Aplíquela uniformemente sobre la superficie del suelo y luego pula con una pulidora para sellar y evitar la penetración de humedad. En zonas frecuentemente expuestas a la humedad (como las entradas de los estadios y cerca de las zonas de bebida), se pueden instalar tapetes impermeables y antideslizantes. Los bordes de los tapetes deben estar perfectamente adheridos al suelo para evitar que la humedad se filtre por las grietas. Si observa pequeñas grietas en el acabado del suelo, repárelas de inmediato con un rotulador de retoque del mismo color para evitar que la humedad penetre en la madera a través de las grietas.
La tercera clave es prestar atención a la limpieza diaria y a los detalles de impermeabilización. Al limpiar los suelos durante la temporada de lluvias, utilice un método de fregado en seco, complementado con un fregado húmedo: primero, aspire (con un cepillo de cerdas suaves) para eliminar el polvo de la superficie y luego limpie con un paño bien escurrido. El contenido de humedad ideal del paño debe ser suficiente para que el suelo se seque en 10 minutos. No enjuague directamente con agua. Si se derrama accidentalmente agua de lluvia o bebidas, absorba inmediatamente la humedad con una toalla seca y luego limpie con un limpiador específico para evitar la retención prolongada de humedad, que puede causar decoloración e hinchazón del piso.