Con la creciente popularidad de los conceptos de construcción sostenible, el rendimiento ambiental de los suelos deportivos de madera se ha convertido en un factor clave en la construcción de recintos. Los suelos deportivos de alta calidad deben cumplir plenamente con las normas ambientales nacionales, desde la selección de materiales hasta los procesos de producción e instalación, para minimizar el impacto en la salud de los atletas y el medio ambiente.
Los suelos deportivos de madera respetuosos con el medio ambiente priorizan la madera de grado F4 o E0. Los suelos de madera maciza deben contar con la certificación FSC (Forest Stewardship Council) para garantizar que provienen de bosques gestionados de forma sostenible y evitar la tala ilegal. El material base de los suelos compuestos (como los tableros de fibra de alta densidad) debe cumplir con las normas ambientales de grado E0, con emisiones de formaldehído ≤ 0,05 mg/m³, significativamente inferiores al requisito de grado E1 (≤ 0,124 mg/m³). Para identificarlo, revise el informe de pruebas ambientales proporcionado por el proveedor, centrándose en indicadores como las emisiones de formaldehído y el contenido de compuestos orgánicos volátiles (COV). También puede usar su sentido del olfato para evaluar si un suelo ecológico de alta calidad no desprende un olor penetrante, sino solo una ligera fragancia a madera natural.
El rendimiento ambiental del proceso de producción también es crucial. En la producción tradicional de suelos deportivos, algunos fabricantes utilizan pinturas y pegamentos que contienen benceno y tolueno, que pueden liberar sustancias nocivas a largo plazo. Los suelos ecológicos utilizan pintura resistente al desgaste a base de agua, que utiliza agua como disolvente, tiene un contenido de COV ≤100 g/L y está libre de metales pesados (como plomo y mercurio). El pegamento para juntas es de origen vegetal, elaborado con ingredientes naturales como proteína de soja y almidón, y emite prácticamente cero formaldehído. Además, el proceso de producción debe cumplir con los estándares de «producción limpia», como el uso de sistemas de recuperación de calor residual para reducir el consumo de energía y el tratamiento de aguas residuales y gases de escape para cumplir con las normas de emisiones y evitar la contaminación ambiental.
A menudo se pasan por alto los controles ambientales durante el proceso de instalación. Los materiales de instalación de baja calidad (como membranas y selladores impermeables) pueden contener formaldehído. Por lo tanto, se deben utilizar membranas impermeables respetuosas con el medio ambiente (p. ej., polietileno) y selladores estructurales de silicona con una emisión de formaldehído ≤ 0,02 mg/m³. Durante la instalación, se debe minimizar el uso de pegamento y preferir las uniones a presión o de caja y espiga para reducir el riesgo de liberación de sustancias nocivas. Asimismo, tras la instalación, se requiere ventilación durante 7 a 10 días hasta que la concentración de formaldehído en el interior baje de 0,08 mg/m³ (de conformidad con la «Norma de Calidad del Aire en Interiores» GB/T 18883-2002) antes de su puesta en funcionamiento, con el fin de evitar que los atletas sufran problemas de salud debido a la inhalación de gases nocivos.