El mantenimiento diario de los suelos deportivos de madera es esencial para mantener su buen rendimiento y prolongar su vida útil. Puede empezar por los siguientes aspectos:
La limpieza regular es fundamental. El polvo y la suciedad se acumulan fácilmente en la superficie de los suelos deportivos de madera. Es necesario barrerlos con una escoba limpia regularmente y luego fregarlos con una fregona bien escurrida. Evite el uso de detergentes ácidos fuertes para no dañar la superficie del suelo. Por ejemplo, después de cada ejercicio, limpie los residuos y el polvo del suelo a tiempo para mantenerlo limpio.
Si se detectan arañazos o deformaciones en la superficie del suelo, deben repararse a tiempo. Puede utilizar un reparador de suelos de madera para garantizar su planitud y seguridad. Si los pequeños arañazos no se tratan a tiempo, pueden crecer con el uso posterior, afectando la apariencia y el rendimiento del suelo.
En el caso de los suelos de madera maciza, el encerado regular puede proteger la superficie, aumentar el brillo, formar una película protectora y reducir el daño causado por sustancias externas. Dependiendo de la frecuencia de uso, el encerado generalmente se realiza cada pocos meses. Controlar la temperatura y la humedad en el recinto también es fundamental. Mantener una temperatura y humedad adecuadas ayuda a preservar el rendimiento de los suelos deportivos de madera. Una humedad demasiado alta o demasiado baja puede provocar deformaciones o envejecimiento del suelo. Se recomienda controlar la temperatura interior entre 20 °C y 25 °C y la humedad relativa entre el 40 % y el 60 %. Instalando equipos de control de temperatura y humedad, podrá comprender a tiempo los cambios ambientales y realizar ajustes.
