El mantenimiento diario es clave para prolongar la vida útil de los suelos deportivos de madera y mantener su rendimiento. Es fundamental realizar una buena limpieza, protección, mantenimiento y otros aspectos.
En cuanto a la limpieza, es necesario realizarla a diario. Utilice una escoba suave y limpia o una aspiradora para eliminar el polvo, la arena y otros residuos del suelo y evitar que estos objetos duros lo rayen al caminar o hacer ejercicio. Las manchas deben limpiarse a tiempo. Puede utilizar una mopa húmeda bien escurrida o un paño de limpieza especial. Al limpiar, siga la dirección de la veta de la madera para evitar frotar horizontalmente y rayar. Si quedan pequeñas manchas de agua después de la limpieza, límpielas con un paño seco a tiempo. Además, puede utilizar un limpiador profesional para suelos deportivos de madera para una limpieza profunda mensual para eliminar manchas y bacterias difíciles, pero preste atención a la proporción de dilución del limpiador para evitar que una concentración excesiva dañe el suelo.
Las medidas de protección son igualmente importantes. Durante el uso del suelo deportivo de madera, evite que objetos pesados lo golpeen o que objetos afilados lo rayen. Se pueden instalar barandillas en los bordes del recinto para impedir la entrada de vehículos y objetos pesados. Para el equipo que deba moverse dentro del recinto, se deben instalar almohadillas de goma o poleas en la parte inferior para evitar que se arrastre directamente sobre el suelo. Asimismo, se debe controlar la vestimenta de quienes entren al recinto. Se requiere calzado deportivo profesional o calzado de suela blanda. Se prohíbe estrictamente el uso de zapatos de cuero, tacones altos o zapatos con barro o arena en las suelas para evitar el desgaste de la superficie del suelo.
Es fundamental realizar tareas de mantenimiento. Revise regularmente el revestimiento del suelo para detectar desgaste o desprendimiento. Si encuentra algún problema, repárelo o repíntelo a tiempo. También verifique la planitud y las grietas del suelo. Si hay deformaciones o holguras locales, contacte con profesionales para su reparación a tiempo. Además, se debe controlar la temperatura y la humedad del recinto. La temperatura debe mantenerse entre 15 °C y 35 °C, y la humedad relativa debe controlarse entre el 40 % y el 65 %. Esta humedad puede ajustarse mediante aires acondicionados, humidificadores, deshumidificadores y otros equipos para evitar la deformación y el agrietamiento del suelo debido a cambios bruscos de temperatura y humedad.