Cómo limpiar y mantener el suelo deportivo de madera a diario

La limpieza y el mantenimiento diario de los suelos deportivos de madera son medidas importantes para mantener su buen rendimiento y alargar su vida útil.


Para la limpieza diaria, debe utilizar un trapeador suave y limpio o una aspiradora para evitar rayar la superficie del piso con herramientas de limpieza duras. Por ejemplo, en un gran estadio de baloncesto, después del partido o del entrenamiento todos los días, el personal primero utiliza una aspiradora para eliminar el polvo, los residuos y otros desechos del suelo, y luego lo limpia con un trapeador suave escurrido para asegurarse de que el suelo esté limpio y ordenado. Para las manchas que son difíciles de limpiar, puede utilizar un limpiador especial para pisos de madera y diluirlo según las instrucciones de limpieza. Evite utilizar limpiadores ácidos o alcalinos fuertes para no dañar la pintura del piso.
La impermeabilización es esencial para evitar que el suelo esté en contacto prolongado con el agua. Si aparecen manchas de agua durante el ejercicio, límpielas inmediatamente con un paño seco. Por ejemplo, en un gimnasio al lado de una piscina, debido a la alta humedad, el personal prestará más atención a las manchas de agua en el piso y las limpiará a tiempo para evitar que la humedad se filtre en el piso y provoque deformaciones y moho. Al mismo tiempo, es necesario realizar un mantenimiento con cera cada 3 a 6 meses. La cera puede formar una película protectora sobre la superficie del piso para mejorar la resistencia al desgaste y el brillo. A la hora de encerar, debes elegir cera para pisos de alta calidad y seguir el método correcto. Primero limpia el piso, luego aplica la cera de manera uniforme y espera a que se seque antes de pulir.
Además, evite colocar objetos pesados ​​en el suelo para evitar que éste se aplaste y deforme. En los recintos deportivos, la colocación de los equipos deportivos debe planificarse de forma razonable para evitar concentrarlos en una sola zona. También es necesario controlar la temperatura y la humedad en interiores, manteniendo la temperatura entre 15 ℃ y 25 ℃ y la humedad entre 40 % y 60 %. Esto se puede ajustar mediante aire acondicionado, deshumidificadores y otros equipos. Durante el período de calefacción en invierno, puede utilizar un humidificador para aumentar la humedad del aire y evitar que el suelo se agriete debido a la sequedad.

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