En el diseño de suelos deportivos de madera, la unión de caja y espiga, una técnica tradicional de unión de madera, se utiliza ampliamente para realizar empalmes. Sus ventajas estructurales únicas mejoran significativamente la estabilidad de la instalación y la vida útil de los suelos deportivos de madera, previniendo daños causados por juntas sueltas o espacios excesivos.
Las uniones de caja y espiga más comunes para suelos deportivos de madera incluyen las machihembradas y las de encaje a presión. La machihembrada es una estructura tradicional de caja y espiga que presenta una espiga elevada en un lado y una ranura rebajada en el otro. Durante la instalación, la espiga y la ranura de las tablas adyacentes se entrelazan para formar una conexión firme. La unión machihembrada limita eficazmente el movimiento horizontal de las tablas, reduciendo los espacios causados por la expansión y contracción térmica, a la vez que mejora la capacidad de carga general y disipa el impacto de la práctica deportiva.
La unión de encaje a presión es una novedosa estructura desarrollada a partir de la unión machihembrada. Al incorporar mecanismos de bloqueo especiales en la espiga y la ranura, se elimina la necesidad de pegamento durante la instalación; basta con golpear las tablas adyacentes para fijarlas firmemente. La estructura de mortaja y espiga con bloqueo ofrece una instalación más eficiente y conexiones más resistentes, previniendo eficazmente problemas como deformaciones, grietas o aflojamientos durante el uso. Además, proporciona un excelente sellado, reduciendo la penetración de humedad y mejorando la resistencia del suelo.
La estructura de mortaja y espiga de los suelos deportivos de madera requiere un estricto control de sus especificaciones. El ancho y la altura de la espiga, así como la profundidad y el ancho de la ranura, deben coincidir con precisión para garantizar una superficie lisa y nivelada sin desniveles perceptibles después del montaje. Generalmente, el ancho de la mortaja y la espiga es de aproximadamente 1/5 a 1/4 del ancho del suelo, y la altura de la mortaja es de aproximadamente 1/3 a 1/2 del grosor del suelo para garantizar la resistencia y estabilidad de la unión. Además, la estructura de mortaja y espiga requiere una precisión de mecanizado extremadamente alta, lo que requiere equipos CNC especializados para garantizar dimensiones de mortaja y espiga consistentes para cada piso, lo que mejora la comodidad de la instalación y la calidad general.