La elasticidad, la resistencia al desgaste y las propiedades antideslizantes son criterios clave. El rendimiento de los suelos deportivos de madera no se juzga únicamente por la experiencia subjetiva, sino que se basa en un sistema de evaluación cuantitativo claro.
La elasticidad, la resistencia al desgaste y las propiedades antideslizantes son las tres dimensiones fundamentales de la evaluación, que inciden directamente en la seguridad y el rendimiento general de los atletas. También son factores clave para distinguir los suelos profesionales de los suelos de madera estándar.
La elasticidad se mide principalmente mediante la absorción de impactos y el rebote del balón. Según las normas de la Asociación Internacional de Artículos Deportivos (ISPO), los suelos deportivos profesionales de madera deben alcanzar una tasa de absorción de impactos del 53% al 60%. Esto significa que el suelo absorbe más de la mitad de la fuerza del impacto de un salto y un aterrizaje, reduciendo la tensión en articulaciones como las rodillas y los tobillos. La tasa de rebote del balón debe ser de al menos el 90% (considerando que un suelo de hormigón es del 100%), lo que garantiza que balones como los de baloncesto y voleibol reboten correctamente tras el aterrizaje, sin interrumpir el ritmo del atleta. Para alcanzar este estándar, la estructura del suelo requiere múltiples capas elásticas de amortiguación, y la propia madera debe poseer una excelente tenacidad. Por ejemplo, la madera de arce tiene un módulo elástico de hasta 11 000 MPa, lo que le permite recuperarse rápidamente tras ser sometida a tensión. La resistencia a la abrasión es un indicador clave de la vida útil de los suelos deportivos de madera. La industria suele utilizar una «prueba de rotación» para evaluarla: una muela abrasiva estándar frota la superficie del suelo. Los suelos deportivos de madera de alta calidad requieren más de 6000 rotaciones, con un desgaste superficial inferior a 0,1 mm. Este rendimiento depende principalmente del material de la superficie y de la calidad del revestimiento. El arce duro tiene un coeficiente de resistencia a la abrasión (dureza Janka) de 1180 lbf, muy superior al de la madera blanda. Un revestimiento de poliuretano de dos componentes puede alcanzar una dureza superficial de 2H (prueba de dureza del lápiz), resistiendo eficazmente los arañazos causados por la fricción de las zapatillas y el impacto con el equipo.