El papel clave de la absorción de impactos y la recuperación elástica. La clave para evaluar la calidad de los suelos deportivos reside en su rendimiento.
Entre estos, la absorción de impactos, la recuperación elástica y el coeficiente de fricción son los más críticos. Estas métricas inciden directamente en la seguridad y el rendimiento de los atletas, y son cruciales para distinguir las superficies profesionales de los suelos de madera estándar.
La absorción de impactos se refiere a la capacidad de un suelo para absorber la energía del impacto al aterrizar un atleta. Las normas internacionales exigen que este valor sea del 53 % ± 5 %. Cuando un atleta aterriza tras un salto de 1,8 metros, un suelo deportivo de alta calidad puede convertir la fuerza del impacto en energía interna mediante la deformación elástica del material base y la capa amortiguadora, previniendo así lesiones articulares causadas por el impacto directo sobre superficies duras. Si la tasa de absorción de impactos es demasiado baja (inferior al 45 %), la superficie será demasiado dura, lo que podría provocar lesiones de menisco en las rodillas. Si es demasiado alta (superior al 60 %), la superficie será demasiado blanda, lo que reducirá la potencia del salto.
La recuperación elástica mide la capacidad del suelo para recuperar su forma original tras un impacto, con un requisito estándar de ≥ 90 %. Este rendimiento garantiza que la superficie recupere su forma original rápidamente tras saltos continuos o cambios de dirección rápidos, sin que la deformación residual afecte al siguiente movimiento del atleta. Por ejemplo, los jugadores de baloncesto deben realizar numerosos arranques, paradas y saltos por segundo. Un suelo con una tasa de recuperación elástica satisfactoria puede reducir la resistencia y mejorar la continuidad del movimiento.
