Selección de la capa de material base para suelos de madera deportivos

La capa base es el núcleo portante de los suelos deportivos de madera, y su rendimiento determina directamente su estabilidad y capacidad de carga. Actualmente, los materiales más utilizados para la capa base son el contrachapado de madera maciza y el tablero de fibra de alta densidad (HDF). Estos difieren significativamente en estructura, rendimiento y escenarios de aplicación, lo que requiere una selección cuidadosa según los requisitos del recinto.

El contrachapado de madera maciza se construye intercalando de 3 a 5 capas de chapas de madera maciza, de aproximadamente 1,5 a 2 mm de espesor. Las capas superior e inferior suelen estar hechas de chapas de madera dura, como arce y abedul, mientras que la capa intermedia está hecha de chapas de madera blanda, como pino y álamo. Esta estructura de laminación cruzada aprovecha la naturaleza direccional de la veta de la madera (entrelazada longitudinal y transversalmente) para compensar las tensiones de contracción y expansión de la madera, lo que resulta en una estabilidad dimensional muy superior a la de los suelos de madera maciza pura. En un entorno con una fluctuación de temperatura de ±20 °C y una fluctuación de humedad de ±15 %, su tasa de deformación lateral es de tan solo el 0,2 %-0,3 %, muy inferior al 1 %-1,5 % de los suelos de madera maciza pura, lo que previene eficazmente el agrietamiento y la deformación causados ​​por las fluctuaciones ambientales. Al mismo tiempo, los tableros multicapa de madera maciza conservan la elasticidad natural de la madera maciza, con un módulo elástico de aproximadamente 10 000-12 000 MPa. Esto proporciona una sensación de confort para los atletas y es adecuado para recintos profesionales que requieren elasticidad y estabilidad, como canchas de baloncesto y voleibol.

El HDF (tablero de fibra de alta densidad) se fabrica a partir de fibras de madera mediante trituración, cribado y procesamiento a alta temperatura y alta presión (180-200 °C, 20-30 MPa). Su densidad puede alcanzar los 0,8-1,0 g/cm³, significativamente superior a la de los tableros multicapa de madera maciza (0,6-0,7 g/cm³). Sus principales ventajas son su alta planitud y su gran capacidad de carga. Con una rugosidad superficial (Ra) de ≤3 μm, los tableros HDF pueden adherirse directamente a chapas de madera maciza o recubrirse sin lijado adicional, lo que garantiza la planitud general de la superficie del suelo. Además, con una resistencia a la flexión estática de ≥25 MPa y un módulo elástico de ≥2500 MPa, pueden soportar grandes cargas concentradas, como el peso de equipos deportivos y asientos para espectadores. Esto los hace adecuados para su instalación en recintos multiusos (que pueden albergar tanto deportes como espectáculos) o recintos de esports donde la planitud es primordial. Sin embargo, los tableros HDF tienen una elasticidad limitada, un tacto rígido y propiedades de resistencia a la humedad deficientes, lo que requiere un revestimiento antihumedad de alta calidad. No son adecuados para entornos húmedos ni para recintos deportivos profesionales que requieren alta elasticidad. Al seleccionar el material base, tenga en cuenta los requisitos básicos del recinto: los recintos deportivos profesionales prefieren tableros multicapa de madera maciza por su equilibrio entre elasticidad y estabilidad; los recintos multiusos y de esports pueden optar por tableros HDF por su planitud garantizada y capacidad de carga. Independientemente del sustrato elegido, es necesario garantizar que su emisión de formaldehído cumpla con la norma E0 (≤0,050 mg/m³) para garantizar la seguridad de la calidad del aire del recinto.

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