Estadio deportivo escolar con suelo de madera para deportes

Las instalaciones deportivas escolares son utilizadas principalmente por estudiantes y deben adaptarse a las diversas necesidades de enseñanza en diversas disciplinas, como baloncesto, bádminton y gimnasia. Por lo tanto, los suelos deportivos de madera deben lograr un equilibrio entre seguridad, durabilidad y asequibilidad para crear una solución práctica y adecuada para los entornos universitarios.

En cuanto a la elección de materiales, los suelos de madera maciza de roble y los suelos laminados, ambos de bajo coste, son los más populares. El roble es resistente y asequible, aproximadamente un 25 % más ligero que el arce, con una dureza superficial de 1050 N. Resiste el desgaste diario de las carreras, los saltos y el uso de equipos. El roble también ofrece mayor resistencia a la humedad que el arce, lo que lo hace adecuado para instalaciones escolares en regiones lluviosas del sur. Los suelos laminados son más adecuados para escuelas primarias y secundarias con presupuestos limitados. La superficie de chapa de roble de 3 mm de grosor garantiza una sensación básica, mientras que la capa intermedia de tablero de fibra de alta densidad mejora la suavidad. Los costes de instalación son un 40 % inferiores a los de los suelos de madera maciza, y el mantenimiento continuo también es más sencillo, lo que reduce la inversión en personal escolar.

El diseño estructural prioriza la seguridad del alumnado. La capa elástica de amortiguación, de 7 mm de grosor y fabricada con poliuretano de alta densidad, amortigua eficazmente el impacto de los saltos y aterrizajes, reduciendo el riesgo de lesiones de tobillo y rodilla. La separación entre las quillas se ha reducido a 30 cm, utilizando quillas de pino de 45 mm x 65 mm, una separación menor que la estándar. Esto garantiza una distribución uniforme de la carga sobre la superficie del suelo y evita pisadas concentradas y depresiones localizadas. Las juntas del suelo se mantienen con una tolerancia de 0,3 mm, utilizando una estructura redondeada de mortaja y espiga para evitar que los dedos de los alumnos queden atrapados en los huecos mientras juegan. Se han añadido bordes redondeados de 8 mm de altura para reducir el riesgo de tropiezos.

Sus parámetros de rendimiento son ideales para entornos educativos. El coeficiente de fricción de la superficie se ha incrementado a 0,55-0,65, lo que garantiza un agarre adecuado incluso para alumnos que llevan zapatillas deportivas o de lona, ​​evitando resbalones en frenadas bruscas. El requisito de planitud es ≤1,5 ​​mm, medido con una regla de 2 m, lo que garantiza la fluidez de actividades en el aula, como gimnasia y saltar a la comba. La resistencia al desgaste del suelo cumple con la prueba de abrasión Taber, sin desgaste perceptible después de 800 ciclos, lo que garantiza un uso frecuente de 4 a 6 horas diarias. Además, el acabado del suelo no contiene formaldehído y es ecológico, con un nivel de emisión de formaldehído de ≤0,02 mg/m³, lo que cumple con las normas ambientales del campus y protege la salud de los estudiantes.

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