La instalación de suelos deportivos de madera es un proyecto sistemático, y muchos puntos clave están relacionados con su rendimiento final y vida útil.

Antes de la instalación, es fundamental medir con precisión el tamaño del recinto. Es fundamental conocer a fondo la longitud, el ancho, la altura y otros datos para garantizar que el suelo adquirido sea el adecuado y evitar problemas como un corte posterior incorrecto o un número insuficiente de plantas. Asimismo, es fundamental elegir el momento de instalación adecuado. La temperatura interior se mantiene entre 18 y 25 °C y la humedad relativa entre el 40 % y el 60 %, lo cual es ideal. Estas condiciones ambientales permiten que el suelo se adapte a los cambios de temperatura y humedad interiores tras la instalación y reducen el riesgo de deformación.
El tratamiento del suelo también es fundamental. Es fundamental asegurarse de que esté seco, plano y libre de residuos y polvo. Si el suelo es irregular y el error supera el estándar, es necesario pulirlo o nivelarlo; de lo contrario, la planitud del suelo se verá afectada, provocando fuerzas locales desiguales, ruidos anormales o incluso daños. Durante la instalación, es fundamental determinar la dirección de colocación del suelo, que suele ser paralela al lado largo de la habitación. Esto no solo mejora el efecto visual, sino que también se ajusta al principio mecánico, de modo que la fuerza sobre el suelo sea más uniforme. La instalación de quillas de madera es fundamental para garantizar la estabilidad. La separación debe ser razonable, generalmente de 40 a 60 cm, según la planitud del terreno, y las quillas deben estar firmemente fijadas. Utilice un nivel y una regla para asegurar la misma altura. Para evitar la humedad y la deformación del suelo, se debe colocar una película impermeable sobre la quilla para aislarla del agua.
Al instalar suelos deportivos de madera, la primera tabla debe colocarse con precisión y se deben utilizar tacos de madera y herramientas de impacto para unirlas firmemente.

