Cuáles son las diferencias esenciales entre los suelos de madera deportivos y los suelos de madera normales

Existen diferencias esenciales entre los suelos de madera deportivos y los suelos de madera domésticos comunes en cuanto a diseño, composición estructural, indicadores de rendimiento, etc.

Los primeros se centran en satisfacer los requisitos funcionales deportivos, mientras que los segundos se centran en la decoración y la capacidad de carga básica. Desde una perspectiva estructural, los suelos deportivos adoptan un sistema estructural compuesto de «capa superficial + tablero rugoso + quilla + capa amortiguadora», con un espesor total de 40-50 mm, de los cuales la capa superficial (arce o roble) tiene un espesor de 20-22 mm, el tablero rugoso (contrachapado multicapa) tiene un espesor de 12-15 mm, la quilla (alerce o abeto) tiene un espesor de 38-57 mm y, además, cuenta con una capa elástica amortiguadora de 5-8 mm (como una almohadilla de caucho natural o material EVA) en la parte inferior. Esta estructura en capas forma un sistema de conducción mecánica de «absorción de impactos – rebote de energía – soporte estable». Los suelos domésticos comunes suelen ser de una sola capa de 12-18 mm (madera maciza o composite), que se coloca directamente sobre una base o quilla de cemento. Su función principal es la decoración y la capacidad de soportar cargas, sin ningún diseño funcional.
En cuanto a los indicadores de rendimiento, los suelos deportivos deben superar la prueba de impacto de la norma internacional DIN 18032-2, que exige que la deformación máxima del suelo sea ≤ 2,5 mm bajo el impacto de un martillo de 10 kg y que la deformación residual sea ≤ 0,1 mm tras la descarga. Esta característica de «deformación controlable y totalmente recuperable» protege eficazmente las rodillas, los tobillos y otras articulaciones de los atletas. Los suelos comunes no cumplen este requisito y son propensos a sufrir abolladuras permanentes tras el impacto. En cuanto al rendimiento ambiental, la emisión de formaldehído de los suelos deportivos debe ser ≤ 0,124 mg/m³ (clase E1) y deben superar las pruebas completas de COV (compuestos orgánicos volátiles) para garantizar la ausencia de gases nocivos en recintos cerrados. Los estándares de protección ambiental de los suelos comunes son relativamente flexibles, y algunos productos solo cumplen con los requisitos básicos.

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