La instalación de suelos deportivos de madera es una tarea compleja y crucial. Antes de la instalación, es fundamental inspeccionar el terreno.
Es fundamental controlar estrictamente la planitud del terreno. Para ello, utilice un medidor de nivel. El desnivel debe ser de 2 mm/2 m. Las irregularidades del terreno deben nivelarse con cemento autonivelante o lija. La sequedad del suelo también es crucial. El contenido de humedad debe ser inferior al 12 %. Puede comprobarse con un medidor de humedad. El suelo húmedo debe impermeabilizarse o prolongar el tiempo de secado. Asimismo, es importante limpiar a fondo el suelo para eliminar el polvo, el aceite y otros residuos.
Las estructuras de instalación son diversas, y las más comunes son la quilla de una sola capa, la quilla de doble capa, las estructuras suspendidas y las fijas. La quilla de una sola capa tiene una estructura sencilla y un bajo coste, ideal para instalaciones deportivas generales; la quilla de doble capa añade una quilla secundaria, lo que mejora considerablemente la elasticidad y la estabilidad, y es adecuada para instalaciones de competición profesional. La estructura suspendida se conecta al suelo mediante una almohadilla elástica, con excelente capacidad de absorción de impactos, y se utiliza principalmente en recintos deportivos de alta gama. La estructura fija ofrece una alta estabilidad y se utiliza a menudo en recintos multifuncionales.
Durante la instalación, la colocación de una capa impermeable previene eficazmente la penetración de humedad del suelo. Utilice una membrana impermeable de PE de alta densidad o fieltro asfáltico, superponga las membranas adyacentes entre 10 y 15 cm y selle con cinta adhesiva. Doble el borde hasta la pared entre 10 y 15 cm. Al instalar la quilla, la separación entre las quillas principales suele ser de 400 a 600 mm, fijada con pernos de expansión, etc., para garantizar la planitud. La quilla secundaria se coloca verticalmente sobre la quilla principal con una separación de 300 a 400 mm. Se colocan almohadillas elásticas uniformemente entre las quillas para mejorar la absorción de impactos. Al colocar el suelo, comience desde el centro del terreno, mantenga el suelo y la quilla en posición vertical, utilice mortaja y espiga o machihembrado para una conexión firme, fije de 2 a 3 clavos en cada suelo y deje juntas de dilatación de 8 a 12 mm cerca de la pared. Una vez finalizada la instalación, es necesario realizar varias inspecciones, como la planitud y la elasticidad, para garantizar el cumplimiento de las normas de uso.