La vida útil de los suelos deportivos se ve afectada por diversos factores.
Lo primero es la calidad del material del suelo. Los materiales de piso deportivo de alta calidad, como madera maciza de alta densidad, PVC de alto rendimiento, etc., tienen mejor resistencia al desgaste, resistencia a la compresión y resistencia al envejecimiento, y tienen una vida útil relativamente larga. Sin embargo, los materiales de mala calidad pueden sufrir problemas como desgaste y deformación en un corto período de tiempo.
El segundo es la frecuencia e intensidad de uso. Los pisos deportivos se desgastarán más rápidamente en lugares que se usan con frecuencia y tienen una alta intensidad de ejercicio. Por ejemplo, en los estadios deportivos profesionales, donde un gran número de atletas se someten a entrenamientos y competiciones de alta intensidad todos los días, el desgaste del suelo será mucho más rápido que el de los recintos deportivos escolares ordinarios.
La calidad de la instalación también es un factor clave. Si el piso deportivo no se instala de manera estandarizada, como por ejemplo si la quilla no se coloca de manera uniforme o el piso no está bien empalmado, el piso se estresará de manera desigual durante el uso y será propenso a aflojarse, deformarse y otros problemas, acortando así su vida útil.
El mantenimiento rutinario es igualmente importante. La limpieza regular, evitar la caída de objetos pesados y tomar medidas de mantenimiento a prueba de humedad y antideslizantes pueden prolongar eficazmente la vida útil del piso deportivo. Por el contrario, si no se presta atención al mantenimiento, las manchas, rayones y otros problemas en la superficie del piso se irán acumulando poco a poco, acelerando el envejecimiento del mismo.
Los factores ambientales tampoco pueden ignorarse. Los cambios drásticos de temperatura y humedad tienen un impacto significativo en los suelos deportivos. Los pisos de madera maciza son susceptibles a la humedad y la deformación en ambientes húmedos, mientras que los pisos de PVC pueden volverse duros y quebradizos cuando la temperatura es demasiado baja. Por lo tanto, mantener una temperatura y humedad interior adecuadas favorece el alargamiento de la vida útil del suelo deportivo.