En el ámbito de los suelos deportivos, el arce, gracias a sus singulares ventajas, se ha convertido en la opción preferida para instalaciones deportivas profesionales como estadios de baloncesto y voleibol. El arce se divide en arce duro y arce blando según sus propiedades. El arce duro tiene una densidad de secado al aire de aproximadamente 0,66-0,77 g/cm³, una veta densa y fina, y un tono blanco lechoso natural. No solo presenta un aspecto limpio y elegante, sino que también posee excelentes propiedades físicas.
En cuanto a la composición del material, los suelos deportivos de arce de alta calidad utilizan una estructura multicapa compuesta por: «superficie + quilla + barrera de humedad + almohadilla amortiguadora». La superficie está hecha de arce duro norteamericano con más de 20 años de antigüedad y se somete a un proceso de secado y desengrasado a alta temperatura para mantener un contenido de humedad estrictamente controlado del 8 % al 12 %, lo que previene eficazmente la deformación y el agrietamiento. La quilla suele ser de pino o abeto, lo que ofrece resistencia y soporte. Combinada con una almohadilla amortiguadora de polietileno de alta densidad, absorbe eficazmente el impacto de la práctica deportiva. En cuanto a rendimiento, la madera de arce presenta un alto módulo elástico de 11 000 a 13 000 MPa, lo que ofrece excelentes propiedades de rebote. Cuando los atletas aterrizan tras un salto, el suelo recupera rápidamente su forma original, lo que reduce el riesgo de lesiones articulares. Su dureza superficial alcanza una dureza Janka de 1450 lbf, lo que la hace altamente resistente al desgaste y capaz de soportar carreras, saltos y fricción frecuentes sin rayarse. Además, la madera de arce tiene una veta recta que resiste la deformación, lo que la hace mucho más estable que la mayoría de las demás maderas y adaptable a las fluctuaciones de temperatura y humedad del recinto.
En cuanto a las especificaciones, los paneles de arce para suelos deportivos suelen venir en grosores de 20 mm o 22 mm, anchos de 80 a 120 mm y longitudes de 1,2 a 2,4 m, lo que permite diseños personalizados según el tamaño del recinto. Las quillas suelen medir 50 mm × 70 mm o 60 mm × 80 mm, con una separación de 400 a 600 mm para garantizar un soporte uniforme. Ya sea en estadios profesionales de la NBA o en instalaciones de entrenamiento universitarias, los suelos deportivos de arce, con su rendimiento equilibrado, cumplen con las rigurosas exigencias de los suelos deportivos profesionales.