El estándar de capacidad de carga de los suelos deportivos de madera se formula según los diferentes escenarios de uso, las características deportivas y los principios ergonómicos, lo cual está directamente relacionado con la vida útil del suelo y la seguridad de los atletas.
En recintos deportivos profesionales, como sedes de grandes eventos como los Juegos Olímpicos y la NBA, los suelos deportivos de madera deben soportar cargas deportivas de alta intensidad. Su estándar de carga estática suele ser de 1500-2000 kg por metro cuadrado, lo que garantiza que el suelo no se deforme ni dañe debido a cargas fijas excesivas durante un uso prolongado. En cuanto a la carga dinámica, es necesario soportar el fuerte impacto y la presión que generan los atletas durante el ejercicio extenuante. Generalmente, se requiere que resista un impacto instantáneo de 500-800 kg cuando un atleta salta y aterriza. Por ejemplo, los jugadores de baloncesto, al realizar un mate o saltar rápidamente y aterrizar, generan una gran fuerza de impacto en el suelo. Solo los suelos que cumplen con esta norma pueden dispersar y absorber eficazmente la fuerza del impacto, proteger las articulaciones y los huesos del atleta y garantizar su estabilidad estructural.
Los gimnasios y centros deportivos tienen una frecuencia de uso e intensidad de ejercicio relativamente bajas, por lo que la capacidad de carga de los suelos deportivos de madera también se reduce en consecuencia. La carga estática suele ser de 1000 a 1500 kg por metro cuadrado, y la carga dinámica debe soportar una fuerza de impacto instantánea de 300 a 500 kg para un solo atleta. Estas normas no solo satisfacen las necesidades del ejercicio diario, la enseñanza y otras actividades, sino que también permiten controlar razonablemente los costes, garantizando la seguridad.
Para cumplir con estas normas de carga, los suelos deportivos de madera adoptan un diseño especial de estructura multicapa. Tomando como ejemplo la estructura de quilla de doble capa, que suele constar de una quilla superior, una quilla inferior, un cojín elástico, un contrapiso y una solera. Como principal componente portante, la quilla suele estar hecha de madera o materiales compuestos de alta resistencia y estabilidad. Su espaciado y método de fijación adecuados permiten distribuir eficazmente la presión; el cojín elástico actúa como amortiguador y amortiguador, mejorando aún más la capacidad de carga y la comodidad del suelo. El contrapiso y la superficie del suelo proporcionan una superficie plana a la vez que soportan parte de la carga. Las distintas capas de la estructura interactúan para formar un sistema mecánico integral que garantiza conjuntamente la capacidad de carga del suelo deportivo de madera. En aplicaciones reales, la estructura también se optimiza y ajusta según las necesidades específicas y el diseño del recinto para garantizar la mejor capacidad de carga.