Con la creciente popularidad de los conceptos de construcción ecológica, las características ambientales de los suelos deportivos de madera están recibiendo cada vez más atención. Los suelos deportivos modernos están adoptando materiales con bajo contenido de formaldehído, renovables y reciclables.

En primer lugar, la madera de la superficie proviene principalmente de bosques con certificación FSC (Forest Stewardship Council), lo que garantiza que la tala no dañe el ecosistema. En segundo lugar, los adhesivos suelen utilizar colas de grado E0 o sin formaldehído (como la cola MDI), con emisiones de COV muy por debajo de las normas nacionales. Los revestimientos de superficies también están cambiando gradualmente de los tradicionales barnices UV a base de disolventes a barnices UV a base de agua, que son no tóxicos, inodoros y están listos para usar inmediatamente después de su aplicación.
Además, algunos fabricantes están empezando a explorar el bambú, la madera reciclada o los materiales compuestos como alternativas. El bambú tiene un ciclo de crecimiento corto (de 3 a 5 años de maduración), propiedades mecánicas similares a las de las maderas duras y una menor huella de carbono. Los suelos viejos se pueden reciclar y procesar para crear zócalos, logrando así el reciclaje de recursos.
La protección del medio ambiente no solo es una responsabilidad, sino también una ventaja competitiva. Los sistemas de certificación de edificios ecológicos, como LEED y GREEN GLOBES, exigen requisitos específicos para los materiales de suelos. En el futuro, los suelos de madera deportivos que combinan alto rendimiento y sostenibilidad se convertirán en la norma en el mercado, impulsando las instalaciones deportivas hacia una gestión más saludable y con bajas emisiones de carbono.

