En comparación con el arce importado, los suelos deportivos de roble de producción nacional ocupan una posición destacada en el mercado nacional gracias a su alta relación calidad-precio. El roble presenta una dureza moderada (densidad aproximada de 680 kg/m³)

una veta gruesa y texturizada, y una buena resistencia natural a los insectos y la putrefacción. Tras el secado y el tratamiento de conservación, su estabilidad mejora significativamente, lo que lo hace adecuado para gimnasios escolares y comunitarios, así como para centros de actividades en empresas e instituciones. Si bien su tasa de rebote de la pelota es ligeramente inferior a la del arce (aproximadamente un 88%), cumple con el estándar nacional para estadios de Clase II gracias a su estructura de viguetas optimizada y su base elástica. En cuanto al precio, los suelos de roble son entre un 30 % y un 50 % más económicos que los de arce, con menores costes de mantenimiento y un ciclo de renovación más largo. Para proyectos con presupuestos limitados que exigen un rendimiento profesional, el roble es la opción ideal.

