Los suelos deportivos de arce son considerados los reyes de los suelos deportivos, especialmente el arce duro norteamericano. Presentan una alta densidad (aproximadamente 705 kg/m³), una textura fina, un color uniforme y una excelente resistencia al desgaste y al impacto.

Tras un tratamiento profesional, su dureza superficial puede superar los 80 en la escala Shore A, superando con creces la de los suelos de madera convencionales. Los suelos de arce tienen una tasa de rebote de hasta el 95 % y su coeficiente de fricción por deslizamiento se mantiene estable en torno a 0,5, cumpliendo plenamente los requisitos de competiciones de alto nivel como la NBA y la FIBA. Por ello, se utilizan ampliamente en canchas profesionales de baloncesto, bádminton, voleibol y centros de entrenamiento multifuncionales. A pesar de su mayor coste, su excepcional vida útil (hasta 20 años o más) y su excelente rendimiento lo convierten en la opción preferida para instalaciones deportivas de alta gama.

