En los suelos deportivos de madera, la elasticidad y la resistencia al desgaste son dos indicadores clave de rendimiento que influyen directamente en la experiencia del atleta y la durabilidad de la cancha. Además, son el factor diferenciador clave entre los suelos deportivos profesionales y los suelos de madera estándar.
La elasticidad determina la capacidad de un suelo para absorber y rebotar el impacto, lo cual es crucial para proteger la salud articular de los atletas. Según los estándares de la FIBA, los suelos deportivos profesionales de madera deben alcanzar una tasa de absorción de impactos del 35% al 50%, absorbiendo al menos el 35% de la fuerza del impacto al aterrizar, reduciendo la tensión en articulaciones como las rodillas y los tobillos. Además, se requiere una tasa de recuperación elástica de al menos el 90% para garantizar un rebote suficiente al saltar, lo que mejora el rendimiento atlético. Para lograr este rendimiento, los suelos deportivos de madera se someten a un meticuloso análisis desde la selección del material hasta el diseño estructural: una capa superficial de madera dura proporciona una elasticidad fundamental, una capa base multicapa mejora la conducción de la elasticidad y una capa de amortiguación optimiza aún más la absorción del impacto. En pruebas reales, la prueba de caída de balón proporciona una evaluación visual del rendimiento elástico. Se deja caer una pelota de acero estándar desde una altura de 1,5 metros. Si el suelo rebota entre 1,3 y 1,4 metros, cumple con los estándares profesionales.
La resistencia a la abrasión determina si un suelo deportivo puede soportar un uso frecuente y prolongado. En los recintos deportivos, las carreras y saltos de los atletas, así como la fricción de los equipos, provocan desgaste en la superficie del suelo. Una resistencia al desgaste inadecuada provocará rápidamente arañazos y desgaste, lo que no solo afecta a la estética, sino que también reduce las propiedades antideslizantes del suelo, aumentando los riesgos de seguridad. La resistencia al desgaste de los suelos deportivos profesionales está garantizada por la combinación del revestimiento de la superficie y la madera. La superficie está hecha de una madera dura con un alto coeficiente de resistencia al desgaste. Por ejemplo, el arce tiene un coeficiente de resistencia al desgaste de 1,2, muy superior al 0,6 del pino común. El revestimiento de la superficie es una laca resistente al desgaste curable por rayos UV con una dureza superior a 2H. Tras pruebas de abrasión de más de 6000 revoluciones, la superficie no presenta arañazos visibles. En la práctica, los suelos de madera deportivos de alta calidad pueden mantener una superficie sin desgaste significativo durante 3 a 5 años, incluso con un uso diario superior a 8 horas, lo que reduce significativamente los costes de mantenimiento.