La capacidad de absorción de impactos de los suelos deportivos de madera depende fundamentalmente del material y el diseño estructural para convertir la fuerza del impacto al aterrizar en energía potencial elástica, reduciendo así el daño a articulaciones como las rodillas y los tobillos.
Los indicadores clave de rendimiento son la «tasa de absorción de impactos» (≥53%) y la «deformación vertical» (2,3-5,0 mm).
En cuanto a los materiales, la capa central está hecha de maderas blandas como el pino y el abeto, que ofrecen una mejor amortiguación que las maderas duras. La capa inferior está recubierta con una almohadilla amortiguadora de EVA de 10-15 mm de grosor con una dureza de 30-50 Shore A. Esta dureza se puede ajustar según el deporte: las canchas de baloncesto requieren alta elasticidad (30 Shore A), mientras que los gimnasios requieren baja elasticidad (50 Shore A) en las zonas de mayor resistencia. El diseño estructural clave es el «sistema de quilla flotante»: la quilla principal está construida con listones de madera maciza de 40×60 mm separados 400 mm. Las quillas secundarias se intersecan a 90° con la quilla principal, y el centro está relleno de algodón amortiguador, creando una estructura de amortiguación de doble capa que logra una tasa de absorción de impactos superior al 60%. En cuanto a las diferencias de rendimiento, el sistema de amortiguación de las instalaciones de competición profesional debe estar certificado por la FIBA, con un requisito de ruido de impacto al aterrizar de ≤65 dB. Las instalaciones de entrenamiento pueden reducir el estándar, pero la tasa de absorción de impactos no debe ser inferior al 50%. Durante la instalación, los amortiguadores deben ajustarse firmemente a la quilla para evitar holguras que puedan reducir la absorción de impactos. Durante el mantenimiento, si se detectan ruidos inusuales al pisar el suelo, se debe inspeccionar el estado de los amortiguadores. Si se produce deterioro, se debe reemplazar toda la almohadilla para garantizar un rendimiento estable de la amortiguación.