Los suelos deportivos de madera no se componen de una sola capa de madera, sino de múltiples capas de materiales funcionales. Cada capa desempeña un papel crucial, creando en conjunto una base que cumple con los estándares del deporte profesional.
Su estructura principal suele incluir una capa de desgaste, una capa base, una barrera antihumedad, una capa amortiguadora y una capa de fijación. La selección y combinación de materiales para cada capa influye directamente en la estabilidad, la seguridad y la durabilidad del suelo. La capa de desgaste, al ser la capa superficial que entra en contacto directo con los atletas, es especialmente crucial. Actualmente, el material más común es la chapa de madera maciza con tratamiento especial, normalmente de 2 a 4 mm de grosor. Otros materiales comunes son el arce, el abedul y el roble. Para mejorar la resistencia al desgaste, la superficie se recubre con una pintura especializada para suelos deportivos. Esta pintura no solo debe tener un coeficiente de resistencia al desgaste de al menos 0,4, sino que también debe ser antideslizante para evitar que los atletas resbalen durante carreras rápidas o frenadas repentinas. Además, la pintura debe ser resistente a los rayos UV y no amarillear para garantizar que la superficie mantenga su aspecto impecable incluso después de un uso prolongado.
La capa base es el soporte principal de los suelos deportivos de madera y suele estar formada por varias capas de contrachapado macizo o tablero de fibra de alta densidad. El contrachapado macizo multicapa se construye entrelazando y prensando de 3 a 5 capas de chapa de madera maciza. Esta estructura compensa eficazmente las tensiones internas de la madera, reduce la deformación causada por las fluctuaciones de temperatura y humedad, y garantiza la planitud de la superficie. El tablero de fibra de alta densidad ofrece una densidad uniforme y una gran estabilidad, lo que resulta en una excelente capacidad de carga, lo que lo hace adecuado para baloncesto, voleibol y otros recintos con altos requisitos de carga.
La capa impermeable y la capa amortiguadora son capas auxiliares cruciales para garantizar la durabilidad del suelo y la seguridad deportiva. La capa impermeable, generalmente hecha de película de polietileno o papel impermeable a base de asfalto, se coloca debajo de la capa base para bloquear eficazmente la humedad del suelo, evitando que la madera se enmohezca y se deforme. La capa amortiguadora, normalmente de 5 a 10 mm de grosor, utiliza esteras de goma o esponjas elásticas para absorber el impacto, reduciendo aún más el riesgo de lesiones articulares en los atletas. También reduce la transmisión del ruido deportivo y mejora la acústica del recinto. La capa de fijación, fijada con quillas y clavos especiales, asegura las distintas capas, garantizando la estabilidad general y evitando que se aflojen y deformen durante el uso.