El rendimiento de los suelos deportivos de madera depende no solo del material de la superficie, sino también de sus materiales estructurales internos.
La base elástica, como componente principal de amortiguación, influye directamente en la absorción de impactos del suelo y la seguridad de los atletas. Ubicada entre la superficie de madera maciza y la capa base, la base elástica absorbe el impacto, reduce las fuerzas de reacción del suelo y regula la recuperación elástica del suelo, lo que contribuye de forma crucial a las características profesionales de los suelos deportivos de madera.
Las bases elásticas más comunes incluyen caucho, EVA y poliuretano. Las bases de caucho, fabricadas con caucho natural o sintético, ofrecen una excelente recuperación elástica (superior al 90 %) y resistencia al envejecimiento, manteniendo una amortiguación estable a lo largo del tiempo. Estas bases son aptas para estadios profesionales como la NBA y la CBA, pero son relativamente caras. Las bases de EVA, fabricadas con copolímero de etileno-acetato de vinilo, tienen una baja densidad (0,91-0,93 g/cm³), son asequibles y ofrecen una recuperación elástica de aproximadamente el 75%-85%, lo que las hace más adecuadas para uso de intensidad baja a media en gimnasios escolares y centros de fitness comunitarios. La base de poliuretano combina alta elasticidad con alta resistencia al desgaste, es resistente al aceite y a los productos químicos, con una vida útil de más de 10 años. Se utiliza comúnmente en instalaciones deportivas multiusos, satisfaciendo las necesidades de amortiguación de diversos deportes, como baloncesto, voleibol y bádminton.
En cuanto a los parámetros de rendimiento, la dureza y el grosor de la base elástica son criterios clave de selección. Por lo general, las instalaciones profesionales de baloncesto requieren una base con una dureza de 50-60 Shore A y un grosor de 10-15 mm para garantizar una amortiguación adecuada y evitar una deformación excesiva del suelo que pueda afectar la experiencia de juego. Las instalaciones deportivas ligeras, como bádminton y tenis de mesa, pueden optar por una base con una dureza de 40-50 Shore A y un espesor de 8-12 mm, logrando así un equilibrio entre elasticidad y estabilidad. Además, la resistencia al fuego de la base debe cumplir con las normas nacionales y ser de B1 o superior para garantizar la seguridad contra incendios.