En el ámbito de las instalaciones deportivas, los suelos de madera deportivos, con su calidad profesional, ofrecen a atletas y aficionados una experiencia excepcional y se han convertido en un elemento estándar en muchos recintos deportivos. Demuestran un valor excepcional para mejorar el rendimiento deportivo y garantizar la seguridad.
Una de sus principales ventajas es la estabilidad de los suelos de madera deportivos. Su diseño estructural, meticulosamente estudiado, suele consistir en una estructura multicapa compuesta por una capa superior, una base elástica y una barrera antihumedad. La capa superior está hecha de madera de alta estabilidad, como el arce, que presenta una veta firme, resiste la deformación y mantiene su planitud durante un uso prolongado. La base elástica, fabricada con materiales elásticos como el caucho y el poliuretano, no solo absorbe eficazmente el impacto del ejercicio, sino que también mantiene la estabilidad estructural gracias a su elasticidad inherente en diferentes climas, mitigando problemas como la deformación y el agrietamiento causados por las fluctuaciones de temperatura y humedad. La barrera antihumedad mejora aún más la resistencia del suelo a la humedad ambiental, permitiéndole funcionar incluso en ambientes húmedos, manteniendo la estabilidad y proporcionando un soporte fiable a los atletas.
Los suelos de madera deportivos también ofrecen excelentes propiedades de absorción acústica y reducción de ruido. En recintos concurridos donde se celebran deportes intensos, el sonido de pasos, choques de equipos y gritos de los atletas se entrelaza, generando fácilmente un alto nivel de ruido. Los suelos de madera deportivos, gracias a su estructura y propiedades materiales únicas, absorben y bloquean eficazmente este ruido. La base elástica no solo amortigua el impacto, sino que también convierte parte de la energía sonora en calor, reduciendo la reflexión y la transmisión del sonido. Diversas pruebas han demostrado que los recintos con suelos de madera deportivos pueden reducir los niveles de ruido entre 10 y 15 decibelios en comparación con los recintos pavimentados convencionales. Esto crea un entorno relativamente tranquilo y cómodo para que los atletas y los espectadores se ejerciten y observen, ayudándoles a